El arte y todas las maneras de expresión creativa, suele fungir como válvula reguladora, como el recurso por el cual se dice lo no dicho verbalmente retornando a momentos de angustia o pérdida de la realidad. Es ahí donde emerge la posibilidad de hablar de los que no tienen voz.
Al permitir que se desarrolle este lenguaje desde muy pequeños, se está estimulado variadas inteligencias, a fin de que éste despliegue su creatividad en todos los ámbitos.
Eso se logra contribuyendo a fortalecer su curiosidad, permitiendo la construcción para la resolución de sus cuestionamientos, propiciando la elaboración de sus propias respuestas.
La actitud científica no está reñida con la creación artística. Seduce a alcanzar metas, viajar a otros mundos, representar su mundo....y más, mucho más.
lunes, 28 de abril de 2008
Escollera Sarandí. Primavera de 1977
Una vez fuimos ricos cuando brasileños, franceses y norteamericanos vinieron a visitarnos.
Se inventó el periodismo amarillo y la noticia chatarra.
-¡No vuelvan del puerto sin dejar un hijo! fue la orden del capitán de cada fragata.
Es porque los negros son débiles y nosotros somos la raza escogida. El rey y la reina, el soldado y el teniente los condecorarán.
Pero nuestros negros armaron una red de espionaje y les mandamos las pestes, sólo porque estaban apurados en coger.
Los tenientes cosían y cosían heridas de amor y una niña paseaba alegremente por las cubiertas de los barcos.
Poco después fui a pescar con mi padre. Fue el día más hermoso de mi vida. La escollera estaba sólo para nosotros dos. El temporal era tan grande que formaba un túnel hueco de agua dulce.
Sin equipo de agua y con unas botas del trabajo de mi padre como botánico en la Intendencia moría de cansancio.
Me saqué las botas y miré a ver que sacaban en la escollera. Por supuesto que no había sardinas planchas.
Un hierro, donde ancló el buque inglés, me hizo un tajo de lado a lado del pie derecho.
Esa es mi única herida de Guerra.
Se inventó el periodismo amarillo y la noticia chatarra.
-¡No vuelvan del puerto sin dejar un hijo! fue la orden del capitán de cada fragata.
Es porque los negros son débiles y nosotros somos la raza escogida. El rey y la reina, el soldado y el teniente los condecorarán.
Pero nuestros negros armaron una red de espionaje y les mandamos las pestes, sólo porque estaban apurados en coger.
Los tenientes cosían y cosían heridas de amor y una niña paseaba alegremente por las cubiertas de los barcos.
Poco después fui a pescar con mi padre. Fue el día más hermoso de mi vida. La escollera estaba sólo para nosotros dos. El temporal era tan grande que formaba un túnel hueco de agua dulce.
Sin equipo de agua y con unas botas del trabajo de mi padre como botánico en la Intendencia moría de cansancio.
Me saqué las botas y miré a ver que sacaban en la escollera. Por supuesto que no había sardinas planchas.
Un hierro, donde ancló el buque inglés, me hizo un tajo de lado a lado del pie derecho.
Esa es mi única herida de Guerra.
Estructura del mal gusto
Estructura del mal gusto.
Nadie es capaz de definir al mal gusto. En ocasiones su reconocimiento es instintivo, deriva de la reacción indignada ante cualquier manifiesta desproporción. El mal gusto se caracteriza por una ausencia de medida, aunque las reglas de dicha medida varían según las épocas y la cultura. Las imitaciones canovianas de las esculturas funerarias del Cementerio Monumental de Milán prescriben una forma y una intensidad de dolor, en lugar de dejar al gusto y al humor de cada cual la posibilidad de articular los más íntimos y auténticos sentimientos.
Definiremos al mal gusto, en arte, como prefabricación e imposición del efecto.
La cultura alemana la ha resumido en una categoría, la del Kitsch que etimológicamente puede emerger de la aparición de la palabra que data de la segunda mitad del siglo XIX, cuando los turistas americanos deseaban adquirir un cuadro barato en Mónaco pedían un bosquejo, sketch, vulgar pacotilla artística, destinada a compradores deseosos de fáciles experiencias estéticas. Ya existía el verbo kitschen, equivalente a ensuciarse de barro por la calle o amañar muebles haciéndolos pasar por antiguos. El verbo verkitschen quiere decir vender barato.
Killy insiste mucho sobre la técnica de reiteración del estímulo características del mensaje redundante, en él un estímulo ayuda a otro por medio de la repetición y la acumulación. Las formas se desgastan y prevalece el efecto momentáneo absolutamente fungible, que se consume con el uso. Pero en el Kitsch, el cambio de registro no asume funciones de conocimiento, interviene sólo para reforzar el estímulo sentimental, y en definitiva la inserción episódica se convierte en norma.
El Kitsch se nos presenta como una forma de mentira artística, o, como dice Hermann Broch “un mal en el sistema de valores del arte... La maldad que supone una general falsificación de la vida”. Cebo ideal para un público perezoso que desea participar de los valores de lo bello, y convencerse a sí mismo que los disfruta, sin verse precisado a perderse en esfuerzos innecesarios. Y Killy habla del Kitsch como un típico logro de origen pequeño burgués, medio fácil de reafirmación cultural para un público que cree gozar de una representación original del mundo, cuando en realidad goza sólo de una imitación secundaria de la fuerza primaria de las imágenes.
Killy es un crítico alemán que define al Kitsch y lo identifica con la forma más aparente de una cultura de masas y de una cultura media, y, por lo tanto de una cultura de consumo y lo define además como hijo natural del arte. Las producciones de la industria cultural serían de este modo simples manifestaciones de artisticidad, susceptibles de consumo y de desgaste.
Lo cierto es que toda operación que tienda a fines heteronómicos, no debe confundirse con el arte.
El fragmento que examina Killy tiende a proponerse como fragmento artístico porque emplea modos expresivos que, por tradición, suelen verse utilizados en obras de arte. El lector suele caer en la creencia que está perfeccionando una experiencia estética privilegiada y en realidad asiste a una fuga de responsabilidad que la experiencia del arte impone.
Una definición del Kitsch podría ser comunicación que tiende a la provocación del efecto. Espontáneamente se identifica Kitsch con la cultura de masas; enfocando la relación entre cultura superior y cultura de masas, como una dialéctica entre vanguardia y kitsch. Mientras la cultura media y popular no venden ya obras de arte, sino sus efectos, los artistas se sienten impulsados por reacción a insistir en el polo opuesto: a no sugerir ya efectos, ni a interesarse ya en la obra, sino en el “procedimiento que conduce a la obra”. Dice Clemente Greeenberg que la vanguardia, el arte en su visión de descubrimiento e invención, imita el arte de imitar y el kitsch entendido como cultura de masas imita el efecto de la imitación.
Hacia mitad del siglo XIX Nadar, el pintor impresionista, logra satisfacer a un burgués deseoso de eternizar sus propias facciones.
Subsiste de modo intenso el problema de una dialéctica entre vanguardia y kitsch. No solamente surge la vanguardia como reacción a la difusión del kitsch, sino que el kitsch se renueva y prospera aprovechando continuamente los descubrimientos de la vanguardia. La Masscult, aunque aprovechando estándares y modos de la vanguardia, en su irreflexivo funcionalismo no se plantea el problema de una referencia a la cultura superior, y tampoco se lo plantea a la masa de consumidores. Muy diferente es el caso de la Midcult, hija bastarda de la Masscult, que se nos aparece como una corrupción de la Alta cultura, que, de hecho se sujeta a los deseos del público pero invitando al que goza a una experiencia privilegiada y difícil. La Midcult adopta la forma del Kitsch asumiendo funciones de simple consuelo, se convierte en estímulo de evasiones acríticas y se reduce a ilusión comercializable.
Es Midcult porque:
Toma prestados procedimientos de la vanguardia, y los adapta para confeccionar un mensaje comprensible y disfrutable por todos.
Emplea tales procedimientos cuando ya son notorios, divulgados, sabidos, consumados.
Construye el mensaje como provocación de efectos.
Lo vende como arte.
Tranquiliza al consumidor, convenciéndolo que ha realizado un encuentro con la cultura, de forma que no se plantee otras inquietudes.
Pero vaga sobre Mac Donald la sospecha que lo que le indigna es el simple hecho de la divulgación..
El problema de una comunicación cultural equilibrada no consiste en la abolición de estos mensajes, sino en su dosificación, y en evitar que sean vendidos y consumidos como si fueran arte.
El Kitsch puede ser definido como una forma de desmedida, de falso organicismo contextual, y por ello, como mentira, como fraude perpetrado no en el ámbito de los contenidos, sino al de la propia forma de la comunicación.
El carácter de unidad de una obra de arte vista como estructura, lo constituye su cualidad estética, el hecho que, en cada uno de sus niveles, aparece organizada según un procedimiento siempre reconocible, aquel modo de formar que constituye el estilo y en el que se manifiesta la personalidad del autor, las características del período histórico, del contexto cultural, de la escuela a la que pertenece la obra. La estructura permite que se identifiquen en ella elementos de aquel modo de formar que llamamos estilemas.
Una obra de arte posee ciertas características comunes con cualquier tipo de mensaje que haya pasado de un autor a un receptor. Los factores fundamentales de la comunicación son el autor, el receptor, el tema del mensaje y el código al que el mensaje se remite. Y además todo signo lingüístico se compone de elementos constituyentes y aparece en combinación con otros signos: es un contexto y se inserta en otro contexto. Un mensaje será más unívoco cuanto más redundante. En cambio el mensaje que calificamos de poético está caracterizado por su ambigüedad fundamental: utiliza a propósito los términos de forma que su función referencial sea alterada. Para conseguirlo, pone los términos en relaciones sintácticas que contravengan las reglas consuetudinarias del código, elimina las redundancias de modo que la posición y la función referencial de un término pueda ser interpretadas de varios modos, elimina la posibilidad de una descodificación unívoca, proporciona al descodificador la sensación que el código vigente ha sido violado de forma tal que no sirve ya para descodificar el mensaje.
Un mensaje visual, en cuanto a organización de estímulos preceptivos, ¿es posible descifrarlo a un nivel semántico?. El caso es sencillo cuando se trate de pintura figurativa o simbólica en que existen referencias semánticas de orden imitativo, u originadas en convenciones iconológicas; aunque menos coherente que el sistema lingüístico, puede existir un código interpretativo basado en una tradición cultural, en el cual incluso un determinado color tiene una referencia precisa.
La obra de arte se nos propone como un mensaje, cuya descodificación implica una aventura, precisamente porque nos impresiona a través de un modo de organizar los signos que el código habitual no había previsto.
Podría establecerse la última definición de Kitsch de este capítulo: es kitsch aquello que se nos aparece como algo consumido, que llega a las masas o al público medio porque ha sido consumido; y que se consume (y, en consecuencia se depaupera) precisamente porque el uso a que ha estado sometido por un gran número de consumidores ha acelerado he intensificado el desgaste.
Nadie es capaz de definir al mal gusto. En ocasiones su reconocimiento es instintivo, deriva de la reacción indignada ante cualquier manifiesta desproporción. El mal gusto se caracteriza por una ausencia de medida, aunque las reglas de dicha medida varían según las épocas y la cultura. Las imitaciones canovianas de las esculturas funerarias del Cementerio Monumental de Milán prescriben una forma y una intensidad de dolor, en lugar de dejar al gusto y al humor de cada cual la posibilidad de articular los más íntimos y auténticos sentimientos.
Definiremos al mal gusto, en arte, como prefabricación e imposición del efecto.
La cultura alemana la ha resumido en una categoría, la del Kitsch que etimológicamente puede emerger de la aparición de la palabra que data de la segunda mitad del siglo XIX, cuando los turistas americanos deseaban adquirir un cuadro barato en Mónaco pedían un bosquejo, sketch, vulgar pacotilla artística, destinada a compradores deseosos de fáciles experiencias estéticas. Ya existía el verbo kitschen, equivalente a ensuciarse de barro por la calle o amañar muebles haciéndolos pasar por antiguos. El verbo verkitschen quiere decir vender barato.
Killy insiste mucho sobre la técnica de reiteración del estímulo características del mensaje redundante, en él un estímulo ayuda a otro por medio de la repetición y la acumulación. Las formas se desgastan y prevalece el efecto momentáneo absolutamente fungible, que se consume con el uso. Pero en el Kitsch, el cambio de registro no asume funciones de conocimiento, interviene sólo para reforzar el estímulo sentimental, y en definitiva la inserción episódica se convierte en norma.
El Kitsch se nos presenta como una forma de mentira artística, o, como dice Hermann Broch “un mal en el sistema de valores del arte... La maldad que supone una general falsificación de la vida”. Cebo ideal para un público perezoso que desea participar de los valores de lo bello, y convencerse a sí mismo que los disfruta, sin verse precisado a perderse en esfuerzos innecesarios. Y Killy habla del Kitsch como un típico logro de origen pequeño burgués, medio fácil de reafirmación cultural para un público que cree gozar de una representación original del mundo, cuando en realidad goza sólo de una imitación secundaria de la fuerza primaria de las imágenes.
Killy es un crítico alemán que define al Kitsch y lo identifica con la forma más aparente de una cultura de masas y de una cultura media, y, por lo tanto de una cultura de consumo y lo define además como hijo natural del arte. Las producciones de la industria cultural serían de este modo simples manifestaciones de artisticidad, susceptibles de consumo y de desgaste.
Lo cierto es que toda operación que tienda a fines heteronómicos, no debe confundirse con el arte.
El fragmento que examina Killy tiende a proponerse como fragmento artístico porque emplea modos expresivos que, por tradición, suelen verse utilizados en obras de arte. El lector suele caer en la creencia que está perfeccionando una experiencia estética privilegiada y en realidad asiste a una fuga de responsabilidad que la experiencia del arte impone.
Una definición del Kitsch podría ser comunicación que tiende a la provocación del efecto. Espontáneamente se identifica Kitsch con la cultura de masas; enfocando la relación entre cultura superior y cultura de masas, como una dialéctica entre vanguardia y kitsch. Mientras la cultura media y popular no venden ya obras de arte, sino sus efectos, los artistas se sienten impulsados por reacción a insistir en el polo opuesto: a no sugerir ya efectos, ni a interesarse ya en la obra, sino en el “procedimiento que conduce a la obra”. Dice Clemente Greeenberg que la vanguardia, el arte en su visión de descubrimiento e invención, imita el arte de imitar y el kitsch entendido como cultura de masas imita el efecto de la imitación.
Hacia mitad del siglo XIX Nadar, el pintor impresionista, logra satisfacer a un burgués deseoso de eternizar sus propias facciones.
Subsiste de modo intenso el problema de una dialéctica entre vanguardia y kitsch. No solamente surge la vanguardia como reacción a la difusión del kitsch, sino que el kitsch se renueva y prospera aprovechando continuamente los descubrimientos de la vanguardia. La Masscult, aunque aprovechando estándares y modos de la vanguardia, en su irreflexivo funcionalismo no se plantea el problema de una referencia a la cultura superior, y tampoco se lo plantea a la masa de consumidores. Muy diferente es el caso de la Midcult, hija bastarda de la Masscult, que se nos aparece como una corrupción de la Alta cultura, que, de hecho se sujeta a los deseos del público pero invitando al que goza a una experiencia privilegiada y difícil. La Midcult adopta la forma del Kitsch asumiendo funciones de simple consuelo, se convierte en estímulo de evasiones acríticas y se reduce a ilusión comercializable.
Es Midcult porque:
Toma prestados procedimientos de la vanguardia, y los adapta para confeccionar un mensaje comprensible y disfrutable por todos.
Emplea tales procedimientos cuando ya son notorios, divulgados, sabidos, consumados.
Construye el mensaje como provocación de efectos.
Lo vende como arte.
Tranquiliza al consumidor, convenciéndolo que ha realizado un encuentro con la cultura, de forma que no se plantee otras inquietudes.
Pero vaga sobre Mac Donald la sospecha que lo que le indigna es el simple hecho de la divulgación..
El problema de una comunicación cultural equilibrada no consiste en la abolición de estos mensajes, sino en su dosificación, y en evitar que sean vendidos y consumidos como si fueran arte.
El Kitsch puede ser definido como una forma de desmedida, de falso organicismo contextual, y por ello, como mentira, como fraude perpetrado no en el ámbito de los contenidos, sino al de la propia forma de la comunicación.
El carácter de unidad de una obra de arte vista como estructura, lo constituye su cualidad estética, el hecho que, en cada uno de sus niveles, aparece organizada según un procedimiento siempre reconocible, aquel modo de formar que constituye el estilo y en el que se manifiesta la personalidad del autor, las características del período histórico, del contexto cultural, de la escuela a la que pertenece la obra. La estructura permite que se identifiquen en ella elementos de aquel modo de formar que llamamos estilemas.
Una obra de arte posee ciertas características comunes con cualquier tipo de mensaje que haya pasado de un autor a un receptor. Los factores fundamentales de la comunicación son el autor, el receptor, el tema del mensaje y el código al que el mensaje se remite. Y además todo signo lingüístico se compone de elementos constituyentes y aparece en combinación con otros signos: es un contexto y se inserta en otro contexto. Un mensaje será más unívoco cuanto más redundante. En cambio el mensaje que calificamos de poético está caracterizado por su ambigüedad fundamental: utiliza a propósito los términos de forma que su función referencial sea alterada. Para conseguirlo, pone los términos en relaciones sintácticas que contravengan las reglas consuetudinarias del código, elimina las redundancias de modo que la posición y la función referencial de un término pueda ser interpretadas de varios modos, elimina la posibilidad de una descodificación unívoca, proporciona al descodificador la sensación que el código vigente ha sido violado de forma tal que no sirve ya para descodificar el mensaje.
Un mensaje visual, en cuanto a organización de estímulos preceptivos, ¿es posible descifrarlo a un nivel semántico?. El caso es sencillo cuando se trate de pintura figurativa o simbólica en que existen referencias semánticas de orden imitativo, u originadas en convenciones iconológicas; aunque menos coherente que el sistema lingüístico, puede existir un código interpretativo basado en una tradición cultural, en el cual incluso un determinado color tiene una referencia precisa.
La obra de arte se nos propone como un mensaje, cuya descodificación implica una aventura, precisamente porque nos impresiona a través de un modo de organizar los signos que el código habitual no había previsto.
Podría establecerse la última definición de Kitsch de este capítulo: es kitsch aquello que se nos aparece como algo consumido, que llega a las masas o al público medio porque ha sido consumido; y que se consume (y, en consecuencia se depaupera) precisamente porque el uso a que ha estado sometido por un gran número de consumidores ha acelerado he intensificado el desgaste.
Fundamentación pedagógica
El lenguaje es un placer gratuito a diferencia de los bienes de consumo, se recrea a diferencia de éstos, se auto distribuye, a contramarcha de la filosofía y la práctica del capitalismo y posee dos potencialidades que ésta cultura trata de destruir; la del entretenimiento por sí mismo , divertirse comprando que es lo que nos inculcan por los medios. Y el ser soporte del pensamiento, que a su vez es soporte de la crítica. Destruyen los matices conceptuales y destierran el lenguaje alerta.
Propongo un intercambio comercial en el aula: intercambio lingüístico, comunitario, de conocimiento y tolerancia aunque peque por querer tanto la vida. De allí la responsabilidad que se desprende de sostener la palabra.
Hay que salir a buscar el interés, que sin duda existe sobre el tema. El debate es imprescindible. Los fenómenos de los vaciamientos de los principales Bancos de Plaza en el 2001_2002 nos dejan la sensación que pueden hacernos cualquier cosa. Lo que nos hacen es las políticas desiguales. El lenguaje no está en los edificios monumentales, sino en nuestras conciencias.
Lo que nos queda es la anarquía política e intelectual de rabia. El libro de Isabel Gómez Alemany y otros, como el de mi actual compañera que hace una breve síntesis estudiando Dibujo en el I.P.A recreando la relación que necesariamente debemos establecer con nuestros alumnos.
Quién escribe éstas líneas es docente de Enseñanza Secundaria desde hace 18 años en los que el proceso el proceso que relato al principio comenzó a agudizarse hasta llegar a los extremos de lo que hoy sería necio no ver.
La docencia es una aventura atrevida, quizás más que hace muchos años atrás, casi una causa perdida de antemano. Lo que lo vuelve más atractiva, difícil y compleja.
Ella sabe que debemos separarnos porque he luchado por mi trabajo con atención y voluntad seguido por un magro salario e inspecciones tergiversadas. Pero ello no ha mermado mí interés y dedicación.
Compartimos no sólo éstos conceptos esbozados sin profundizar demasiado porque corresponde cuando uno sigue un sueño de amor y libertad.
Julio de 2005
Rodolfo Tizzi. Prefacio de un análisis de un texto de la asignatura Lenguaje y Comunicación.
Propongo un intercambio comercial en el aula: intercambio lingüístico, comunitario, de conocimiento y tolerancia aunque peque por querer tanto la vida. De allí la responsabilidad que se desprende de sostener la palabra.
Hay que salir a buscar el interés, que sin duda existe sobre el tema. El debate es imprescindible. Los fenómenos de los vaciamientos de los principales Bancos de Plaza en el 2001_2002 nos dejan la sensación que pueden hacernos cualquier cosa. Lo que nos hacen es las políticas desiguales. El lenguaje no está en los edificios monumentales, sino en nuestras conciencias.
Lo que nos queda es la anarquía política e intelectual de rabia. El libro de Isabel Gómez Alemany y otros, como el de mi actual compañera que hace una breve síntesis estudiando Dibujo en el I.P.A recreando la relación que necesariamente debemos establecer con nuestros alumnos.
Quién escribe éstas líneas es docente de Enseñanza Secundaria desde hace 18 años en los que el proceso el proceso que relato al principio comenzó a agudizarse hasta llegar a los extremos de lo que hoy sería necio no ver.
La docencia es una aventura atrevida, quizás más que hace muchos años atrás, casi una causa perdida de antemano. Lo que lo vuelve más atractiva, difícil y compleja.
Ella sabe que debemos separarnos porque he luchado por mi trabajo con atención y voluntad seguido por un magro salario e inspecciones tergiversadas. Pero ello no ha mermado mí interés y dedicación.
Compartimos no sólo éstos conceptos esbozados sin profundizar demasiado porque corresponde cuando uno sigue un sueño de amor y libertad.
Julio de 2005
Rodolfo Tizzi. Prefacio de un análisis de un texto de la asignatura Lenguaje y Comunicación.
Malinche en laicidad
Si uno tuviera que dar las gracias por estar vivo y peleando por vivir, no tendría tiempo para vivir, así que me remito a agradecer a la maestra Marisa, estudiante del IPA en el profesorado de Idioma Español y a su compañero Guillermo Vicéns, sobrino político de Mario Benedetti, traductor, corrector y escritor aunque ninguno de los dos valla a leer este trabajo porque no tienen tiempo.
Introducción
La verdadera prueba de una inteligencia superior es poder conservar simultáneamente en la cabeza dos ideas opuestas y seguir funcionando. Admitir , por ejemplo, que las cosas no tienen remedio y mantenerse sin embargo decidido a cambiarlas.
Scott Fizgerald
Antes de ser imaginada, mi familia tenía una pequeña fabrica de lencería y confección de sabanas en la calle Agraciada 3106. Dos empleadas bordadoras trabajaban en sus casas; una con máquina familiar y otra con máquina industrial en préstamo de la pequeña empresa. En el transcurso de la historia del taller, trabajaron entre ocho y diez empleadas . Mis padres respetaban a sus empleadas pagándoles más del laudo, la ley de ocho horas, el cuidado de madres, embarazadas. En una lucha por ser mejores recurrieron al Sindicato Único de la Aguja para averiguar absolutamente todos los beneficios correspondientes. Mis progenitores al principio fueron tratados con hostilidad y desconfianza puesto que ningún patrón había pisado esa institución.
Antes del golpe de Estado, mi padre colocó en esa fachada, dos afiches referidos al partido socialista con las listas 90 y 190.
En respuesta balearon el frente de vidrio del Taller de bordados quedando los proyectiles incrustados en la estantería de telas que evitaron la pérdida de vidas. Fueron a la comisaría a efectuar la denuncia y en esa misma noche volvieron a disparar contra el frente. Las averiguaciones se estancaron en que fue desde un coche negro antiguo y que los proyectiles fueron disparados con una ballesta.
De esta manera, aprendieron a guardar silencio.
En la conmemoración del centésimo trigésimo segundo aniversario del nacimiento de José Pedro Varela, corriendo el año 1977, en sexto año de la escuela privada Pedro Poveda, la mayor de mis hermanas, trocó a su escolta la bandera uruguaya para leer en el acto su redacción:
“José Pedro Varela
Un hombre que sirvió a la patria.
En la época de Varela las escuelas eran pocas y sin valor educativo. Los gauchos[1] vivían de pulpería en pulpería. No sabían leer ni escribir, no tenían enseñanza ni educación.
Se producían continuamente pleitos en las calles; en cambio los campos estaban áridos y sin cultivar. La tierra no daba fruto.
Varela pensó: ‘Si los gauchos tuvieran educación, si solamente supieran pensar, los caballos ararían los campos, no habría más peleas y pleitos y sobre todo tendrían el valor suficiente para enfrentarse a la realidad.’ (...) Falleció sabiendo que el futuro de la nueva Nación estaba asegurado.”
Seguidamente el coro A al cual mi otra hermana pertenecía, cantó:
Oh juventud uruguaya
entusiasta juventud
nuestras voces juntemos
vamos todos a cantar
a José Pedro Valera,
el maestro excepcional
que dio a nuestras escuelas
luz de júbilo y verdad.
Llevad en alto la ciencia
como un emblema triunfal
y sol de sabiduría
sus rayos de claridad
cantemos que nuestro canto
es canto de juventud
a la obra que creó. [2]
Al día siguiente, después de la clase de catequesis, se confesó porque había pecado, dijo lo que querían escuchar y no lo que quería decir y eso le parecía que era el significado de mentir. El perdón le fue otorgado después de un rezo prolongado.
Mintió para no contar que su abuelo materno, nacido en el departamento de Salto después de fundada la escuela, al ser hijo de madre guaraní que tomó su apellido del gallego para el que trabajaba en el único censo de fines del siglo XIX: Gonzáles y padre marino mercante inglés, no fue a la escuela. Ese marino mercante venía una vez al año a mantener relaciones sexuales con mi bisabuela y por lo tanto, siendo el menor de diecisiete hermanos y al no tener el apellido de su padre. Los hermanos Gonzáles fueron educados por su madre, especializándose en números y botánica. Las experiencias de infancia de mi abuelo le permitió desarrollar un físico espectacular, pues para poder comer cruzaba a nado el Río Uruguay para robar comida y contrabandeaba cueros de vacas en una tarea tan arriesgada que muchos de sus hermanos fueron asesinados por tener los bolsillos repletos de dinero.
Agotado de esa vida, cambió su apellido ante escribano público y en presencia de dos testigos de González por el Cils, pensando que así se llamaba su padre. Inmigró a Montevideo y enamoró a María a través de cartas que aún conservo y se casó. Mi abuela, María Ermita San Román San Román recibió como herencia trágica su segundo nombre pues provenía de una mujer que rezó a la virgen de la ermita para concebir un hijo y proclamó que toda su descendencia femenina debería llamarse por ese milagro Ermita. Mi abuela vino de San Juan de Panjón, Galicia, antes de la mayoría legal y era reconocida socialmente por ser la sobrina del anarquista Severino San Román, uno de los dos dueños del café Tupinambá. Severino era un testarudo, pésimo poeta y demasiado violento para la época. María escribía lo suficiente para renunciar a la herencia de su despótica madre.
A pesar de ello, el Tupinambá, otra vez la vos guaraní, era centro de la cultura montevideana, lugar de encuentro de literatos, poetas y artistas. Mi abuela trabajó como bordadora manual y luego en sastrería y mi abuelo como prestamista, rematador público, y preparador físico de un cuadro de fútbol, fundando con otros, el Club Nacional de Fútbol y recibiendo en su residencia en la calle Caiguá, hoy Vaz Ferreira, 3887 en los dos días fijados protocolarmente para la recepción de visitas familiares a sus compañeros de la logia rosacruz (brazo ateo) y a los jerarcas del Partido Nacional. De esta manera colocó a sus dos hijos en cargos públicos de prestigio. Cuenta una leyenda familiar que como tenía tres testículos, María lo dejaba libre para mantener relaciones sexuales con algunas peluqueras de la zona. Alfredo Zitarroza le canto tildándolo de loco Antonio porque obtenía la paz mirando la bajada del arrollo Miguelete.
Ya mayor le pregunté a mi padre de descendencia de la Italia del Norte, descendiente de mi bisabuelo garibaldino y el padre pescador y esposa criolla, pintor que hizo el recubrimieto de ojillas de oro del cine–teatro Cervantes, porqué siendo ateo, nos había hecho recibir una fe que no profesaba. Él daba como respuesta que la escuela pública, anegada de conflictos y de huelgas se había empobrecido, mientras que ésta le aseguraba cierta regularidad y calidad de la enseñanza impartida. Aunque él jamás iría a las celebraciones religiosas y con esas contradicciones crecimos.
El miércoles 21 de noviembre de 2007 retorné a esa escuela y pedí que me guiaran al salón de actos. Había sólo un sector ampliado, lo demás estaba todo tal cual lo recordaba. La base material me indujo a pensar en el peso institucional y la resistencia al cambio.[3] Luego pedí para ir al salón de jardinera.
Algunos carteles fueron cambiados de lugar y se le agregó a un texto de Pedro Poveda el título de San y ahora hay una persona que oficia como recepcionista porque prestan salones para grupos de servicios a la comunidad pero deben vigilar a los delincuentes.
Reconstruyo mi historia con memoria, nuevas experiencias, documentación, diálogo, observación, entrevistas.
Fue sorprendente cuando me senté en una silla del salón donde cursé segundo de escuela, que a pesar de la formación posterior de una escoliosis degenerativa, me hacía sentir sumamente cómoda. Sí, no cabía duda, allí transcurrieron cuatro años de mi infancia que determinaron de alguna manera mi manera de ser. Puesto que recuerdo casi todas las grietas de los caminos porque aún sigo mirando por donde camino.
Hoy puedo sostener que en esa institución los años de jardinera estaban guiados por los conceptos de la Escuela Nueva, especialmente Montessori y que los restantes estaban orientados por el esquema general de la escuela clásica o tradicional con la seducción de la fe en los preceptos cristianos y talleres de idiomas extranjeros. La transición entre métodos no la puedo analizar porque fui exonerada de cursar preparatorio. Tenía cinco años cuando cursé primero de escuela.
¿Será por eso que me echaron de una de la clase de catequesis? ¿Será por ello que no quise tomar la primera comunión? ¿ Será por todo esto que la primer mentira que registro haber dicho fue en el espacio donde realizábamos delante de un cura la confesión?
La respuesta a estas preguntas son escaso valor para el lector y el tema a trabajar. El tema de esta investigación es la laicidad en la enseñanza. Sólo porque mi primera formación en una institución que no fuera mi familia me cobijó a mí y a mis hermanas, omitiendo la realidad exterior. Se nos inculcó el silencio ofreciéndose como escudo mullido de la conmoción, crisis y violación de la libertad de pensamiento y acción, pero una vez que pudimos acceder al conocimiento, comenzamos a leer entre líneas. La libertad de reflexión no nos fue negada y las tres encontramos la paz de la vida adulta, plagiando una frase que dice: “Gracias a Dios, somos ateas.”
Racconto de textos que abordan la temática de la laicidad
“(...) concluyo por tanto, que llegamos a una constatación nueva y, para muchas personas, aterradora. La única realidad que me es posible conocer es la del mundo y el universo como yo lo percibo y vivo en este mundo. La única realidad que le es posible conocer es la del mundo y el universo como usted lo percibe y vive en este momento. Y la única certeza es que estas realidades percibidas son diferentes una de otra. ¡Los ‘mundos reales’ son tantos como personas!”
C. Rogers[4]
En el correr de los tiempos muchas palabras varían su contenido para cargarlas de otro llevados por una intencionalidad política, conceptual o como respuesta a determinados procedimientos. En el estudio diacrónico de nuestras sociedades también hay variación de significado por la imprecisión, uso o similitud de algunos términos. Por ello es necesario hacer un racconto del origen de la palabra para precisar la capacidad de expresión de algunos términos, el cambio de significado a través de los tiempos y con ello marcar algunos límites para impedir confusiones.
Los últimos documentos escritos sobre este tema sostienen que laicidad y laicismo no son sinónimos porque el primero es una actitud y el segundo una doctrina. Ser laico hoy es manejar con provisionalidad el conocimiento. Evitar el dogmatismo de esto es así.
Etimológicamente, la palabra laicidad proviene del griego; laico también proviene del griego laos que significa el pueblo, como grupo con sentido de pertenencia pero que no detenta el poder económico y político, en contraposición con el klero.
También se utilizó en el ámbito católico para designar como laico al que no puede realizar los votos que elevan de grado en el orden jerárquico de la Iglesia apostólica romana, al punto que las monjas son laicas.
O sea, se es laico en contraposición a consagrado, este último es un orden jerárquico en relación al orden religioso. Esto aparece cuando se hace fuerte la institución católica en donde la iglesia tiene el peso del poder como institución.
Desde el contexto de José Pedro Varela hacia el proceso de secularización, laicismo era una doctrina que salvaguardaba al Hombre de otras doctrinas, las eclesiásticas. Laicismo es la “(...) doctrina que defiende la independencia de la sociedad y el Estado de toda influencia eclesiástica”.[5]
Las consecuencias del laicismo es la separación de la Iglesia del Estado llegando a un Estado laico. Otra consecuencia fue la hostilidad contra los privilegios que gozaba la Iglesia.
Para Reina Reyes implica una actitud de respeto como elemento esencial de la democracia.
Su idea va a ser que es necesaria la educación para ese respeto a la diversidad , porque la actitud laica de respeto a las diferentes posturas no es innata. Tiene que ver con la libertad de pensamiento u opinión y la libertad de expresión (artículo 19 de los Derechos Humanos del siglo XX). La primera es la individual y la segunda vinculada con el medio social. Implica relaciones de igualdad desarrollando la justicia.
Toma la visión de Dewey con el concepto del desarrollo del pensamiento reflexivo potenciando lo intelectual y ella agrega potenciar lo emocional.
La libertad de pensamiento se va a dar en relación con los demás y entonces se necesita un medio social como la democracia. Llega a decir que la laicidad es una actitud necesaria para una verdadera democracia.
Los métodos activos propician dar espacio al alumno desarrollando el pensamiento reflexivo. Ella escribe sobre el poder del docente. La laicidad no es neutralidad. El docente tiene que tomar postura por las cosas de su tiempo, sin hacer política partidaria.
El saber práctico debe vincularse con lo conceptual porque si la experiencia no se hace voz y se ordena, difícilmente puede darse un aprendizaje utilizable como herramienta conceptual para comprender el espacio vital y transformarlo.
Todas las disciplinas deben llegar a conceptuar. Se ha entendido mal el tema de la laicidad vinculada con la creencia en la neutralidad en la educación.
Esta fe de una visión ascética del docente también es un dogma que ha impregnado e impregnará nuestra concepción de la escuela, el Estado y la Nación.
En el marco de los Derechos Humanos desde los regímenes democráticos, el concepto de laicidad debe ser revisado. No basta sólo con decir que todos tiene derecho a la educación, sino que hay que crear las condiciones para que ello suceda.
El niño no es un ciudadano con capacidad de elegir a sus gobernantes y es por eso que la Declaración de los Derechos de Niño fue tan posterior.
El laicismo ocurre cuando se opone a la visión clerical de la Iglesia y por lo tanto también es una doctrina cargada de contenidos referidos a que no se puede decir nada.
Reina Reyes dice que la laicidad no es neutral, porque el orden democrático no puede transar ni admitir principios que violen los Derechos Fundamentales como el derecho a la vida. Cualquier violación a los Derechos Humanos no lo admite la laicidad.
La laicidad está vinculada al respeto con un marco referencial consensuado. En la actual coyuntura política y social habría que profundizar sobre los marcos axiológicos pero en el parlamento suceden episodios de violencia física entre blancos y encuentristas que son los únicos sucesos que se difunden repetidamente en los medios masivos de comunicación.
La actitud laica implica una educación determinada, porque es preciso desarrollarla a través de un modelo de educación. Tenemos que repensar la práctica educativa.
Reina Reyes se afilia a la Escuela Nueva, citando varias veces al pragmatismo estadounidense de Dewey. En la instancia de aula y en discusiones que a mi gusto estaban bastante caldeadas e intercambios de esta asignatura, entendí que se la puede justificar por el contexto histórico que pone el acento en el niño y su experiencia, respetando el tiempo de los procesos.
A la vez Reina Reyes reconoce que tenemos un poder cuando habla de autoridad y sus últimos escritos tienen un carácter más crítico sin dejar de ser comprometida con un el tiempo diacrónico y forcejeando con la coherencia de su obra.
Piaget señalaba que era preciso formar para que el individuo sea una persona autónoma desde el punto de vista moral. Esa autonomía moral es objetivo de la educación y para eso tengo que desarrollar la autonomía intelectual y crear las condiciones en la escuela.
Si la persona no hace ese proceso de autonomía intelectual no va a llegar a la autonomía moral.
Según algunos autores, en regímenes autocráticos y dictaduras se puede decir que se está violando la laicidad.
Desde que se crearon los sistemas educativos: ¿Qué implica formar ciudadanos? ¿Qué cosas tenemos que precisar?
Crear las condiciones para generar el “pensamiento reflexivo” pero Reina Reyes agrega de formar en la afectividad. Nuestros programas tiene una fuerte tradición piagetiana en donde primero esta el desarrollo y la maduración y luego el aprendizaje hasta llegar etapa por etapa a las formalizaciones lógicas.
En síntesis, la educación laica tiene que tocar, para Reina Reyes, lo afectivo y lo emocional.
Las personas que tiene dedicación a las artes tienen otro tipo de desarrollo cognitivo y de inteligencias, donde lo icónico emerge con intensa fuerza. El gran problema en la posmodernidad con escuelas modernas es que habitualmente los niños y adolescentes sin discriminación por género ni raza que tienen dificultades para expresarse verbalmente. Porque pasan pantallas y pantallas de juegos informáticos que requieren mucha motricidad fina, conocimiento de varios idiomas, percepción visual y toma rápida de decisiones pero repiten en la escuela. La enfermedad de este tiempo está vinculada al consumo de sustancias evasoras de la realidad y graves problemas de bulimia y anorexia por la dificultad de los sujetos de aceptarse y reconocerse con un cuerpo que necesita comida, aire y descanso. Pero la era del zapping y la saturación de imágenes en movimiento genera actitudes pasivas y contemplativas a lo que es impuesto con más regularidad e inteligencia promoviendo el consumo de objetos materiales para confundir al sujeto entre el ser con el tener.
El actual presidente de la República Oriental del Uruguay, Tabaré Vázquez, disertó el día 14 de julio del 2005 en La Gran Logia de la Masonería del Uruguay. Como decía mi abuela, este hombre no da puntada sin hilo. Detrás de sus palabras hay una intencionalidad política, conseguir aliados para una estrategia. Él no es un docente, pero hace una transposición didáctica: acomoda el discurso y la metodología de acuerdo a los supuestos que tiene el equipo de consultores sobre el auditorio en cuestión.
Su discurso se centra en la laicidad y para ello realiza precisiones terminológicas y un recorrido histórico desde la Antigua Grecia, las primeras traducciones de la Biblia hebraica, la comunidad cristiana y la Edad Media. Lo que sucedió después, en la historia, lo da por sabido y entendido.
Entiende al laicismo como reacción ante dos fenómenos recurrentes: la larga obsesión por la desvalorización de lo laico y la testarudez e intromisión del poder eclesiástico en la toma de decisiones.
El término laicidad, expresó que la religión se reservaba a la esfera de lo privado, siendo el laicismo la responsabilidad de la autonomía de los sujetos.
A partir de entonces llega a una definición: “ (...) La laicidad es un marco de relación en el que los ciudadanos podemos entendernos desde la diversidad pero en igualdad (...) la laicidad es factor de democracia”[6]
La imposición, sea cual fuera, y la privación al acceso del conocimiento es menoscabo de la laicidad. Entiende a la laicidad como puente, raíz y horizonte. Porque nadie porta la verdad pero el impulso humano es su búsqueda y eso es lo que nos hace humanos.
En parte de una entrevista realizada a Paulo Freire por Neber Araujo en Radio Sarandi, el día 22 de junio de 1989, el periodista dice: “ (...) En Uruguay, la laicidad es una bandera que se ha levantado hace muchas décadas y que se cuida con mucho celo (...). [7] Paulo Freire contesta: “(...) Lo que hago es plantear diferentes posiciones, diferentes hipótesis y diferentes posturas, a mis alumnos. Obviamente que también planteo mi postura; yo no tengo por qué esconder mis posiciones a mis alumnos: ellos no me respetarían, pensarían que tengo vergüenza de decir por las cosas por las que peleo...”[8] Lo que indica es explicitar las posturas desde las que uno parte, sin olvidar abrir el abanico de posibilidades, que nunca pueden ser todas, porque hay una infinitud de posiciones y teorías en lo que tiene que ver con lo que a veces se rotula como Ciencias Humanas.
En el texto escrito por Marta Demarqui con fecha de mayo del 2006, perteneciente al Grupo autonomía que se conforma en el correr del 2005, hace una interesante reseña histórica y establece posteriormente los desafíos en el contexto actual. El trabajo de Marta Demarqui realiza un análisis crítico cronológico de factores históricos nacionales que llevan a construir y tomar postura sobre la laicidad en el campo educativo de comienzos del siglo XXI.
Establece claramente ciertos puntos clave en el proceso de secularización e integra documentos del parlamento.
El proceso comienza por la educación impartida en los inicios de la formación de la Universidad. Un grupo de intelectuales, en la inquietud al acceso del conocimiento, se basaban en la razón y tenían un enfoque espiritualista. Conformaron una generación que creía en un deísmo racionalista en desacuerdo o discordancia con la Iglesia en lo que se refiere a sus aspectos doctrinales e incidieron desde una postura laicista, realizando una “Profesión de Fe de 1872”.
Agustín De Vedia, antes de la Reforma vareliana, legislador principista, presenta un proyecto de Ley de Educación que no tuvo andamiento, donde lo moral tenía que ser laico y no religioso.
1874-1876 Influencia del positivismo que apela a la razón como herramienta para ordenar la actividad científica, técnica, del gobierno y de la administración. Es un dogma que promueve el desarrollo de la modernización y establece el culto al progreso ilimitado como idea fetiche en torno a la cual se mueven las ilusiones de una sociedad que se impregna de un ansia de novedad en la creencia de una única verdad en torno a lo utilitario. Establece un método objetivo, lógico, preciso y mecánico para el acceso cognitivo.
Reafirma el sentido lineal y acumulativo de la Historia como evolución de la humanidad y sostiene que ella es la ciencia que muestra el desarrollo de la humanidad.
El período militarista de Lorenzo Latorre, amparó la reforma educativa con la cooptación de ideas progresistas de educación universalista con la necesidad de reducir los costos de represión directa del gobierno militar. Uruguay en 1875 tiene una tercera parte de la población en el grupo de menores de quince años y según el Ministro de Ganadería Don Pepe Mujica la lengua predominante en ese entonces era el italiano.
Vuelven a revisar la obra de José Pedro Varela y su Proyecto de ley y La Educación del Pueblo. La reforma vareliana, en el capítulo de la educación dogmática es otro antecedente. Pero por la coyuntura histórica tiene que aceptar que se enseñe religión pero él quiere que esta enseñanza sea fuera del currículo. Finalmente la Ley establece la integración de la religión católica, salvo que los padres así no lo quieran.
1892 El hombre que hoy es la leyenda del sobretodo hecho estatua en la Plaza Primero de Mayo de pie y en la ruta uno por suerte lo sentaron en un mullido sillón. Eso me inclina a suponer que sus operaciones siempre fueron realizadas desde la metrópolis montevideana y que vestido por su sastre y calzado por su zapatero personal, Don Pepe Batlle y Ordoñez es diputado y coloca el tema que cuando se realice el juramento no esté vinculado a lo religioso en un momento en que aún rige la Constitución de 1830 en donde el Estado era Confesional. Argumenta que no todos los que pueden considerarse ciudadanos creen en Dios, positivistas, materialistas, ateos. Nadie me pudo contar en donde comía, quien era su esposa y algunos creen que era tan brillante que no necesitaba dormir porque ocupaba sus días en la lucha contra la Iglesia a la vez que lograba la inversión de capitales extranjeros ingleses, respetaba el derecho de reunión y aplaudía desde su balcón a los huelguistas del diario El Día .
En abril de1909, cerca de un año después de presentado el proyecto con el apoyo de quienes creían en la enseñanza moderna y la ciencia, se promulga la Ley 3441 que suprime la enseñanza católica o religiosa en las escuelas estatales. Esto sucede durante el gobierno de Williman donde la correlación de fuerzas políticas establecen las condiciones para su aprobación. Se señala que la ley no Contradice la Constitución que sostiene la libertad de cultos. En la “Ley Gilberti” influye muchísimo el gobierno de Batlle, es entre sus dos gobiernos este gigante paso del proceso de secularización.
1957 El Programa de escuelas urbanas que se va a retomar en 1985. En ese momento es llamado al Parlamento al Ministro de Educación para dar cuenta de temas referidos a la laicidad estableciendo discordancias con el contenido de los programas. Éste delega parte de su rol para que concurra la autoridad correspondiente a la educación: El historiador Seco Ellauri establece una distinción entre laicismo y laicidad porque laicismo es la doctrina que se opone a los poderes eclesiásticos y la laicidad es el respeto a la diversidad de opinión desde el punto de vista religioso y político. En la intervención de Ellauri hay dos fuentes:
La vertiente de ideas francesas de la ilustración en donde la laicidad es producto del esfuerzo de los libre pensadores que se opusieron a la Iglesia católica y a su papel, proceso de laicización.
Y desde los Estados Unidos e Inglaterra como emergente de la gran variedad religiosa existente.
En América Latina la Revolución Cubana que marcó una coyuntura política-social de renovación en todo sentido.
1962-1965 Proceso de renovación de la Iglesia católica.
1965 Concilio del Vaticano II, el Papa Juan XXIII convoca a los Obispos. Apertura a la realidad concreta con la participación activa en lo social junto a los laicos que realizaron más tareas que el ir a misa.
Conferencias episcopales en América Latina En 1968 de Medellín y Puebla. Antes las ceremonias religiosas eran en latín y de espaldas al pueblo.
Movilización en América Latina producto de la Teoría de la liberación a favor de la laicidad, no del laicismo con el que está en contra. Esta teoría es fruto de la reflexión sobre la realidad concreta de las amplias mayorías en situación de pobreza.
Durante el proceso revolucionario nicaragüense la iglesia estaba comprometida desde el punto de vista de una mayor justicia vinculándose a un proyecto social.
Estas aperturas de la Iglesia nos demuestran que no hay una posición combativa de esta postura con respecto a la escuela pública laica, el que no haya oposición es un antecedente necesario para el proceso posterior.
1970 Comienza un proceso de retroceso desde el punto de vista político- social. Proceso de intervención en las políticas de educación media. Violación de la laicidad porque no respeta las diferencias desde el punto de vista político.
1972 Entra al Senado el Proyecto de Ley de educación que va a regir durante la dictadura. La Ley 14.101 en donde se opusieron tres legisladores: Hugo Batalla, Suárez Neto y José Veiga quienes citan un documento del círculo de Juan XXIII que mencionan que la escuela laica no puede respetar convicciones fascistas y racistas.
En la Ley de Educación 14.101 actuó fuertemente Julio María Sanguinetti, es la educación que se dio en el marco previo a la dictadura. Coartó las libertades y organizó en tres categorías a los docentes lo que fue el cartón identificatori para la persecución, tortura y expulsión de acuerdo a las ideas opositoras al régimen del partido colorado.
El 27 de junio de 1973 disolución de las cámaras por la fuerza. La dictadura cívico–militar uruguaya no fue un golpe de estado porque la bandeja estaba servida desde hacía varias administraciones anteriores con la excusa de la crisis económica y social y con ellos la creación de un aparato de represión directa y cuantiosos gastos en defensa aumentando aún más la deuda externa. A mi amigo, zapatero de oficio, lo fueron a buscar a la Teja con helicópteros y metralletas.
El 23 de noviembre de 1976 en la Conferencia Episcopal Uruguaya elabora un texto que se opone al proceso de militarización del país, en relación con la educación del derecho a la laicidad reconocido.
Cuando la dictadura está más afianzada, en secundaria se despedazan los contenidos de Educación Cívica e Historia, pasándose a llamar Educación Moral y Cívica con los textos de Macera y Campodónico. Basándose en la Doctrina De Seguridad Nacional del Coronel Soto y colaboradores cuya matriz filosófica toma como centro la conquista española y portuguesa. El conservadurismo se refleja en la vuelta a la hispanidad en la valoración desmedida del descubrimiento.
1940-44 Un grupo de intelectuales minoritarios se reunían secretamente sentando las bases del pensamiento neoliberal que empieza a imperar en la década del 70’.
1985 Presidencia de Julio María Sanguinetti y la especulación inmobiliaria para absorber miles de manos vacías y con hambre. Concertación Nacional Programática Co.Na.Pro. Ley de emergencia en educación 15.739 que es la que rige en el 2007. “Libertad en su más amplia expresión y autonomía de la enseñanza” según mi docente.
1986 Plan que rige el funcionamiento del Instituto de Profesores Artigas y que actualmente está en revisión.
1987 Las autoridades de la enseñanza visitaron una escuela y tenían los maestros una inscripción en la túnica que estaban en proceso de lucha lo que generó una discusión sobre laicidad. La Federación Uruguaya de Magisterio FUM se preguntó: si tenemos libertad sindical, ¿Qué implica eso en la institución escuela? Mostrar su posición generó un debate.
1988/89 Instalación de la Cruz del Papa en forma permanente en el espacio público. A esto se agrega el traslado y la adjunción del monumento de bronce de Juan Pablo II.
2001 Reforma de Rama y organismos internacionales que la financian, El Obispo Cotuño tiene un rol activo promovido por Mercader y el religioso pide la subvención para los colegios católicos. Esto generó un fuerte rechazo de los sindicatos de la enseñanza, FeNaPES, la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria y la FUM, Federación Uruguaya de Magisterio Hablaron del legado de Varela pero la argumentación más rotunda fue que en una sociedad del libre mercado hay que pagar el servicio y no es la competencia del Estado la subvención.
Monumento a la madre de todos los orixás, cerca del mar, Yemanjá[9], de una religión afro durante los comienzos de la intendencia del arquitecto Mariano Arana. La fotografía de Mariano Arana al frente de la primera manifestación del movimiento gay desapareció de la memoria del pueblo oriental.
La perspectiva de Marta Demarqui es que se necesita hacer precisiones de términos porque la laicidad es una temática clave que implica el papel que juega la democracia, el Estado, la ciudadanía y el espacio público. En otras palabras se trata también de darle sentido al concepto de democracia. Sería imprescindible ir en la senda de realizar una mejor democracia considerando como tema la exclusión que asiste de acuerdo con el capital cultural diferencial.
La importancia de la participación será considerada y defendida por Miguel Soler Roca.
Considera que la esfera pública es un espacio de decisión y de gestión donde se confrontan las distintas visiones. Las instituciones como esferas públicas no pertenecen al Estado ni al Mercado, sino que es una esfera pública de participación.
¿Qué implica hoy formar ciudadanos?
La ciudadanía es la lucha por la pertenencia a una comunidad. Toma el concepto de Democracia dialogante del sociólogo socialista Anthony Giddens que diserta sobre el espacio de lo público como espacio de debate.
La educación está relacionada con la división de la sociedad en clases, castas y grupos sociales.
La didáctica para que se genere la enmarca desde el pensamiento crítico y la dialogicidad para rechazar y oponerse y reconocer al otro como distinto a partir de la realidad de la discriminación. El hoy es debatir los programas y los planes que no responden a la coyuntura histórica.
Reflexiones.
“Paralelamente se ha desarrollado, para los sectores medios y altos, un sistema educativo privado, más actualizado y con mejores condiciones materiales, aunque no muy superior académicamente. Ello ha quebrado la función igualadora y democratizante que históricamente tuvo en Uruguay el sistema educativo.”
Álvaro Portillo[10]
La temática elegida tiene su motor de origen en mi presente ira. Ira contra la maestra de mi sobrino que le inculca que debe generar un aura de concentración. Esto es un síntoma de la generación que se formó en la era de acuario y que representados en la maestra Gabriela G., que se formó en los cursos de Rama y aspira con muchas posibilidades al cargo de directora, mientras cree a rajatabla la literatura del psiquiatra Weiss (Principalmente Muchas vidas. Muchos maestros) y relata sus experiencias de vidas anteriores mientras pasó un año entero de su vida jugando al juego de la copa.
La ira que en mi práctica docente donde les hice hacer una guarda con los signos del zoodíaco y ningún padre me vino a patalear.[11]
La ira contra la postura de la reducción de daños en donde se ofrece un cigarro para que afloje al porro. O que a veces es al revés, depende del operador especialista en el uso problemático de sustancias psicoactivas. Ya que el que me enseñó en el INAU ese tema fue el que me convidó mi primer cigarro de marihuana y hoy sigo fumando cigarros de contrabando.
La ira contra una actividad dictada por mi profesora adscriptora quien les hizo hacer una historieta de un cuento, El murciélago, que partía, desde la primera escena, del diálogo del murciélago con Dios, sin generar un ámbito de reflexión, discusión e intercambio.
La ira contra el grupo sectario dirigido por el doctor L. cuyas reuniones consisten en relatar encuentros con objetos voladores inidentificados.
La ira contra el todo vale o sea la bronca contra los preceptos postomodernos.
A pesar de la carcajada de mi profesor de Seminario de la carrera de Educadores Sociales, Pablo Martinins, sostengo que cada día me vuelvo más pragmática y crítica.
Mi concepto de laicidad en la enseñanza es la de argumentar, fundamentar y reflexionar con y ante los alumnos de los supuestos de los que parto, tendiendo todas las redes posibles para que las necesidades básicas de los alumnos estén cubiertas.
A consecuencia de la implementación de políticas neoliberales, nuestra sociedad, como todas las sociedades latinoamericanas, está cada vez más polarizada.
Hay circunstancias en que los niños nacen destinados a la pronta muerte violenta. Y también hay otros que remando llegan a secundaria y que son expulsados de la institución educativa por su incompetencia para atender y tender redes sociales efectivas.
En mi práctica en el liceo número 42 José Pedro Cardozo, nueve alumnos desertaron y valla casualidad, vivían en asentamientos precarios.
La sola palabra laicidad genera un campo polémico, problemático y debatido, con pluralidad de enfoques, antagonismos y confrontaciones movidos por intereses variados.
La socialización y el trabajo de la disciplina o los alumnos que nos molestan en el aula remueven nuestra propia niñez. Lo que no está planificado y cualquier suceso no previsto es fruto de nuestra inconclusión como personas puesto que con mayor formación se puede comprender y actuar en función de la relación de poder entre los grupos. Lástima que esta formación implicaría más tiempo que la llegada de nuestras propias finitudes.
En el marco de una coyuntura nueva, determinadas visiones hegemónicas se observan a una distancia anterior al presente y se está observando cómo determinados intelectuales están preocupados en recuperar, desterrar y desocultar determinados relatos.
Del pasado, abogo por registrar mi relato a mis sucesores para que ellos busquen, en la necesidad de la construcción de su identidad, las pruebas de ADN necesarias para cuando la tecnología esté al servicio de las personas y cuando todos logremos el derecho de ser personas.
Mi color de piel no impidió la inculcación de la formación en la perspectiva hispánica de la era dictatorial. Aunque sí me afectó en mi estadía en España, durante mi exilio político–económico del 2002. Mi voz se ofreció para cantar una canción para Jorge Batlle y mi corazón me hizo tomar el avión.
Esa Madre Patria no sabía de multiculturalidad y me discriminaba por sudaca, también por marroquí ( asociación debida a mi color de piel tostada por el sol del Mediterráneo), por descendencia gallega viviendo en Barcelona y además creyeron que tenía una enfermedad en la piel por mi costumbre de bañarme todos los días.
Estaba trabajando a 20 minutos de Barcelona en una ciudad balnearia del Mediterráneo donde el idioma predominante era el del turismo alemán como empleada doméstica para una miss de España nacida en Castilla que se dedicaba a la prostitución de modelos por la noche y yo me encargaba de sus prolíficos gatos angora y la educación de sus dos hijos y ambas sufríamos de síndrome de ansiedad generalizada pero habíamos crecido con los mismos dibujitos infantiles e hice cantar a toda la familia pero me gané una hernia hiatal. Una perfecta familia tipo.
Claro, el agua tiene cal y no se puede tomar. Hubiese sido preferible copiar el hábito de la puber y pasarme toallitas perfumadas por mi cuerpo y trabajar menos.
Y para desbordar el vaso descubrí que el Tupinambá era una marca registrada de una trasnacional importadora, selladora y distribuidora de azúcar.
En el 2002 fui seducida por un paquistaní que se desvía por conquistarme por encontrarme parecida a la primer ministra educada en EUA que cometió la torpeza de descubrir su rostro y quitarse el velo. Su nombre en paquistaní es impronunciable para mí, sufrí del síndrome de Estocolmo, lo que me llevó a recorrer a los laberintos de la ciudad vieja de Barcelona hasta la plaza en donde nos encontrábamos pero mientras él era militar encubría a sus hermanos de raza en su residencia. Tenía los pies enfermos por haber trabajado en una mina de carbón que se derrumbó y de la cual le permitió recibir una pensión de por vida por inválido pero tomaba alcohol y gritaba. Lo salvé de una internación psiquiátrica y él se fue a Pakistán con mi plata y con su verdadera mujer y su única hija mientras me amenazaba con la deportación y mi hermana estaba en Francia becada regalando su investigación en una playa de lujo y gastando sus propios recursos y por eso no me pudo venir a buscar y mi familia desconociendo mi paradero pidió mi deportación.
La deportación demoró tanto que el pasaje lo tuve que pagar con el aguinaldo de mi pareja adicta, bisexual y neurótico que estaba enamorado de todas menos de mí. Hasta el perro ovejero era adicto. Tomaba cerveza de barril y mordía con bronca cada vez que se escabullía en el dormitorio ciego con iluminación artificial y tierra comprada de alguna de las treinta y pico plantas de marihuana que mis compañeros de apartamento cuidaban con tanto amor porque el hachís venía muy mezclado desde Marruecos y les estaba provocando efectos adversos (para mí).
Lo que son esos animales tan fieles y con tanto olfato que nunca comió una planta de planta hembra.
En mi trajín de empleada escuche a la vez que el Presidente de la República Jorge Battle lloraba y le echaba la culpa a los argentinos mientras dejaba intacta la red de tráfico de la pasta base y morí de vergüenza y me tuve que hacer responsable de la actuación en el mundial de Corea, de la Selección de Fútbol Uruguaya porque no jugaban limpio.
La laicidad implica una actitud atenta para cuidar el proceso en temáticas vidriosas, porque no hay que olvidar que, en un desarrollo deseable, el adolescente está inserto en otros pares, grupos e instituciones donde la cosmovisión del grupo primario–familia pesa mucho.
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La ciencia no es aséptica, está en permanente renovación movida por intereses de mercado y los intereses de quienes financian la investigación Tenemos por lo tanto que pensar más las prácticas develando los fines implícitos en la selección de determinados contenidos conceptuales.
No sólo nuestras prácticas y nuestro enfoque del término laicidad debe ser cuestionado. Tenemos que resignificar las formas de gobierno que imperan pues “Hablar de democracia, hoy en día, es usar un discurso codificado bien vinculado a ideas que facilitan el acceso y aumento de nuevas inversiones y del comercio a esferas de influencia y mercados normalizados”[12]
En una burda esquematización, podemos agrupar el proceso de lucha por los derechos en tres generaciones:
Los Derechos Civiles y Políticos.
Los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Los Derechos de los Pueblos o Derechos de Solidaridad [13]
“Estados Unidos (en cuanto a su política externa) es un abanderado de la intromisión deliberada de la doctrina de los Derechos Humanos (la primera generación) en todos sus tratos concernientes al comercio internacional de manera oportunista y distorsionada como pretexto del comercio mundial”[14]
En esta articulación histórica afloran nuevas temática como la del aborto, en donde el oncólogo y pescador Presidente de la República Tabaré Vázquez, quien tiene actitudes ante el público de predicador, influenciado por su esposa que es muy devota, mencionó la palabra veto, estrategia de poder unipersonal avalado por un documento llamado Constitución. También en el programa ceibal de una computadora por niño en las escuelas públicas, evitó las consultas al gremio docente, escudándose en la fuente de la inversión económica externa al presupuesto Nacional. (Menciono sólo algunos de los temas que discutimos en el aula).
Podría dedicar la vida a investigar y registrar actos del gobierno, medios de comunicación de masas, políticas emergentes, instituciones, grupos, personas y propios que violan el derecho a la laicidad tal como en el discurso del presidente expone en la ponencia analizada.
Mi intención es sólo esbozar que la laicidad es una lucha continua entre palabra y acción. En una frase sencilla pero no fácil, implica trabajar de por vida la coherencia, la actitud al diálogo cada vez más difícil por el surgimiento de nuevas jergas grupales y barriales y la nueva oleada inmigratoria promocionada por el gobierno junto a la flexibilidad y la reflexión.
Bibliografía
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VARELA, José Pedro. Los gauchos. Artículo en Revista literaria, Montevideo, abril de 1865.
VÁZQUEZ, Tabaré y colaboradores, 2005 Presidencia – República Oriental del Uruguay.
Anexo primero
Los Gauchos.[15]
Los gauchos, cuya raza, si es que como tal podemos clasificarla, es una mezcla de la raza india y de la de los conquistadores, han tomado de la primera su haraganería, sus hábitos salvajes, su crasa ignorancia; y de la segunda, el orgullo infatuado, el servilismo bajo, las apariencias de la independencia y el horror al trabajo, que ennoblece la criatura y fortifica en el hombre las sanas ideas. (...) parece, que así son como parias para la vida política, se quisiera que continuaran siendo siempre para la vida social. (...) Pero, si por medio de las escuelas esparcidas profusamente en nuestra campaña, se diera alguna ilustración a nuestros gauchos, sus necesidades acrecerían y con ellas la necesidad de trabajar; y si por medio de premios otorgados a la laboriosidad y a la honradez, se dignificara el trabajo, las absurdas ideas que hoy abrigan desaparecerían de su mente, y con ellas, quizá su funesta ociosidad (...) Es por medio de la Educación del Pueblo, que hemos de llegar a la paz, al progreso, y a la extinción de los gauchos,
Anexo segundo.
La Piedra sin pulir y la piedra pulida [16]
- ¡Qué hermosa piedra es ésta, y qué fea es aquélla, papá!
- Pues la dos son iguales.
- No puede ser: ésta es lisa, tiene lustre y fajas de diferentes colores, que parece pintada á mano; mientras que la otra es áspera y fea.
- Y sin embargo, hijo mío, las dos piedras son ágatas y fueron halladas en la orilla del Uruguay; pero ésta que desprecias es un ágata en bruto, sin pulimento, tal como se la encuentra en el campo; mientras que la otra ha sido pulida por el hombre,
Y ahora, hijo mío, piensa en lo que te digo: La persona que no se instruye ni trabaja, es como el ágata en bruto, poco vale. Sólo el estudio y el trabajo constante, pulimentan y dan valor al hombre.
Anexo tercero
Mi enseñanza secundaria fue en el liceo Francisco Bauzá y mi militancia gremial era en contra del uniforme porque la corbata me ahorcaba mientras estudiaba ópera y astronomía y había dos compañeros de clase que no se podían comprar el uniforme y la confrontación directa con el sector del partido comunista porque querían afiliar a todos los gremialistas. En ese entonces me defendí estudiando la Constitución para evitar agarrar de los pelos a una compañera de militancia gremial.
¿Quién le teme a la Laicidad?[17]
En principio la laicidad en la enseñanza pública es como un desideratum. Nadie parece oponerse a o ir contra ella.
Hemos llegado hasta aquí en la materia, con el legado forjado en las instituciones de primaria y secundaria estatales y recogido por la legislación nacional.
La enseñanza de un estado laico debe ser laica.
Desde los tiempos de “La educación del pueblo” la laicidad es determinante para la existencia de una educación democrática y como prefería José Pedro Varela, popular. Es por tanto indispensable para evitar que la educación derrape en mero instrumento de dominación. Por el contrario, es elemental para la autorrealización del educando y el fomento de la conciencia del individuo, es decir, es el ejercicio de la más irrestricta libertad, ajena a todo dogmatismo o exclusión de ideas.
Esta laicidad significa la más amplia libertad para que el educando reciba todos los enfoques, y el respeto a la libertad de que goza el educador para expresarse.
Estamos ante una visión sostenida por el desarrollo en el sistema educativo público y estatal de un vigoroso espíritu racionalista, antidogmático y anticatólico de origen francés.
Fue en el transcurso del siglo XX, influenciado por el liberalismo filosófico y por la activa opinión de docentes y estudiantes.
Las instituciones de enseñanza estatal han sido hasta nuestros días lugares donde encontraron difusión los más diversos enfoques y el más amplio espectro de ideas de la sociedad uruguaya.
Es decir que la laicidad conceptualmente, más libertad y rechazo a todo dogmatismo. No sólo dentro de los claustros, también como conducta esperable de autoridades y educadores en el ejercicio de sus actividades dentro de los recintos estatales.
La defensa de la laicidad debe estar en manos de todos los objetos relacionados con la enseñanza. Aclaremos..., lo que es inadmisible es la violación de la laicidad por parte del educador, puesto que sólo el (y no el educando) está sometido a tal obligación.
Ello es tan claro que acto de proselitismo político, religioso, filosófico o de cualquier otra índole le está expresamente prohibido al docente (Art. 57 de la Constitución de la República).
Pero a la vez nadie puede obstruir la libertad de enseñanza y libertad de pensamiento garantidas para el educador (Art. 28, 53, 59, 63, 69 de la Constitución de la República).
Cosa tediosa pareciera tener que recordar, en pleno siglo XXI las normas constitucionales, pero lo sorprendentes hechos ocurridos recientemente en un liceo de Montevideo parecen traer el tema a colación.
Y si tan condenable es la actuación de una autoridad, más aterrador es el pensamiento que se anida en cuestión de laicidad.
Así se pasa de delegar el cumplimiento de la laicidad a los estudiantes; a acusarlos de violar la misma (rompiendo el principio de que la responsabilidad es del administrador y no del administrado); y como corolario de tal abuso o ignorancia (en cualquier caso grave tratándose de autoridades) a la prohibición del derecho de libertad de reunión y aplicando sanciones de manera arbitraria.
Lo insólito se torna insultante, y tamaña actitud cesarista no pudo menos que merecer (como mereció) la respuesta adecuada del estudiantado.
Alguien deberá observar en ANEP la incompetencia para la función de algunas funcionarios, a menos de ser tolerante, o peor aun cómplice de ellos.
La historia del Uruguay sabe que nadie ha defendido tanto la laicidad como los estudiantes.
Los recintos educativos han sido el teatro para el ejercicio de la más amplia libertad de expresión y pensamiento. ¿Quién no recuerda la huelga estudiantil de secundaria del ’14? ¿Quién no recuerda la acción en preparatorios del glorioso Centro Ariel o las movilizaciones del liceo nocturno de los años ’30?
Sólo quien ignore el activismo de los estudiantes de secundaria en las décadas posteriores, sus múltiples logros y organizaciones puede separar ese movimiento de la defensa de la laicidad.
La lucha del movimiento estudiantil de secundaria está plagada de enfrentamientos con autoridades abusivas y represivas, tanto en tiempos de democracia o el fascismo con sus actas tiránicas.
Si estos sucesos nos alertan es precisamente porque estamos en un período de avance en democracia.
En sumaren momentos que se anuncia el envío al Poder Legislativo de un nuevo proyecto de ley de organización del sistema educativo parece necesario redimensionar el concepto de laicidad incluso recordando a José Pedro Varela: “ No es pequeño el defecto de un sistema educativo que aparta de la juventud la idea que hoy es clave de la sociedad moderna: esto es, la de no considerar las cosas como estacionarias, sino que la humanidad ha estado en continuo movimiento siempre” ( “La educación del pueblo”.
No es poca cosa que el estudiantado tenga reflejos condicionados basados en ese pensamiento y se defienda, y al hacerlo defiende efectivamente el verdadero sentido de la laicidad, porque su herencia y su camino es aquél que decía Martí: “levantando ideas, sosteniendo principios.”
De en más en más, podremos en la realidad educativa del Uruguay acercarnos así a la libertad y abandonar el dogma.
Quien escribió este artículo lo hizo solo frente a una computadora que le corrigió las faltas básicas de ortografía. Intenté ofrecerme como correctora de sus textos pero seguimos enemistados porque yo no recuerdo las actividades gremiales del estudiantado porque fueron transmitidas oralmente y hasta el momento no hay registros.
Anexo cuarto
Planificación de una actividad sobre ritmo
Objetivos
· Facilitar la integración de conceptos anteriores
· Reconocer otro elemento de la gramática visual, también llamado lenguaje visual. (ritmo)
Metas, la utopía, intencionalidad explícita.
· Comunicarse a través de medios de expresión verbal, corporal, visual, plástica, musical, desarrollando la sensibilidad estética, la creatividad y la capacidad para disfrutar de las obras y manifestaciones artísticas.
· Conocer los medios de comunicación en los que operan la imagen, siendo capaz de apreciar críticamente los elementos de interés expresivo y estético.
Contenidos
Conceptuales Teniendo en cuenta que el ritmo en música es la sucesión continua y armónica de notas, silencios, en plástica el ritmo es la sucesión armónica del dibujo, los espacios, los colores, la luz. La intensidad de este ritmo puede venir dada por la cantidad de elementos, imágenes u objetos, por la densidad de ellos, la duración por el tamaño de los objetos, imágenes y por la relación de los intervalos en su intensidad rítmica. Con todo esto obtenemos una definición de ritmo como la sucesión de los acontecimientos en el tiempo y su intensidad en el espacio.
Hay varias clasificaciones posibles sobre ritmo, una de ellas es la que pretendo trasmitir. El ritmo constante o uniforme es la repetición de elementos iguales, con espacios iguales. El alterno es cuando dos elementos de diferente color, textura, tamaño u orientación se repiten alternativamente. El ritmo es creciente o decreciente cuando varía el encadenamiento por el tamaño del elemento, la intensidad del color, la distancia.
Procedimentales Empleo de técnicas secas, de lápiz de color o fibra u óleo pastel, entre otras.
Actitudinales Habilidad para el desempeño de roles dialógicos[18] que no obstaculicen[19] la reciprocidad de ideas y el acuerdo de pautas conductuales[20] que permitan la producción creativa.
Experimentales En la constante reflexión de la practicante sobre el tema de laicidad en la enseñanza que se discute en Pedagogía del Aprendizaje, se arriesga a elegir dentro de un tema, un recuso polémico, la astrología, que hace a nuestra identidad e idiosincrasia de nuestra cultura pero riña con el oscurantismo y la superstición.
Metodología
Estrategias Llegar al concepto de ritmo a través de los presupuestos que tienen sobre el ritmo en música, como la sucesión continua y armónica de notas y silencios. Experimentarán la relación entre movimiento y los ritmos sonoros y visuales. Un alumno[21] escribe sobre toda su derecha, en el pizarrón, la palabra ritmo. Solicitar que realicen con las palmas la clave del tambor y discutir si es continuo o alterno. Jugar a Ritmo, diga usted, nombres de, colores, Tratar de graficarlo con varios alumnos. Un alumno caminará rápido mientras a su vez, otro, en sentido opuesto, caminará lento. Llegar a un cierre–conclusión. Borrar el pizarrón dejando el título. La practicante realizará esquemas con figuras geométricas de ritmos constantes, alternos, crecientes y decrecientes. Borrar el título del tema y escribir:
RITMO ALTERNO
· Centrar una franja horizontal de 12 cm. de alto con líneas verticales a 8 cm de distancia. Tiene que haber una línea en el centro del espacio de la franja.
· Calcar la figura seleccionada haciendo coincidir la línea vertical con la mitad de la figura (incluye trazado auxiliar en el calco).
· Seguir calcando de manera alterna poniendo, una figura boca abajo y otra en posición normal.
· Colorear las figuras de manera alterna con colores fríos y cálidos.
· Colorear el fondo con degradé de matices de colores primarios.
Borrar los esquemas para razonar la mezcla de los colores primarios.
Recursos Por (de)formación profesional y personal y en la proyección a futuro, como la docente que quiero llegar a ser, la dinámica de inicio será el juego y la representación, que servirá para hacer un repaso sobre colores.
Material Didáctico Hojas tamaño 1/8 W. Fibras, pastel óleo, lápices de colores u otros materiales alternativos al lápiz de color, pero dentro de las técnicas secas. Traer calcada una figura de un signo del zodíaco de 8 cm de ancho, por pertenencia o elección.
Evaluación Se calificará sólo el producto en el puntaje del 1 al 12. Las calificaciones menores a 6 serán las que presenten errores conceptuales, los matices diferenciales estarán dados por la dedicación, prolijidad, uso adecuado de la técnica elegida y puntualidad de la entrega.
Reflexiones sobre la primera actividad
Una semana antes entré en la clase de música del salón contiguo para preguntar sobre la notación de la clave del tambor. Amablemente y muy intrigados por el intercambio interdisciplinario, escribieron lo pedido. Como sospechaba, la nomenclatura tradicional basada en conceptos matemáticos no representa estéticamente ninguna relación con el ritmo. Ese redescubrimiento fue la variante que introduje a mi planificación. Dibujé en una cartulina de color celeste el pentagrama con la clave del tambor y después que los alumnos realizaron los aplausos rítmicos correspondientes y estimulé a un alumno que hiciera el toque del chico, que empezó como una trasgresión, expuse la cartulina en el pizarrón. Las caras de desconcierto me indicaban que iba en buen camino y el resto de la planificación siguió igual. La dinámica estaba muy ajena al gusto de la docente adscriptora pues cuando la quisieron integrar a uno de los juegos demostró ser la que menos había prestado atención. La primera hora la disfruté mucho, sólo que no entendía el porque de la ausencia de la docente (se encontraba corrigiendo láminas). Me dieron los tiempos para todo lo previsto. En la segunda hora hice el registro en el pizarrón y ahí perdí mucho tiempo. No contaba con que la apatía y el desgano de intentar hacer una mínima tentativa de comprensión lectora los iba a invadir. Uno de los alumnos del fondo que ahora no asiste más, sólo escribió los primeros dos renglones y para peor... una alumna, levanta la mano para decir no entendí. Inevitablemente y a demanda de la profesora adscriptora realicé un esquema en el pizarrón.
Sólo una alumna comprendió el material pedido, otros habían traído pero se habían equivocado en las dimensiones confundiendo ancho con alto. Nadie recurrió a la tecnología de ampliación en alguna papelería que tiene un costo de un peso con cincuenta centésimos. Tenía una intencionalidad no explicitada, quería que la propuesta saliera del aula e integrara un pequeño intercambio comercial en donde tenían que solicitar claramente lo que pretendían.
Sí, había llevado material de sobra y en el reparto perdí eternos diez minutos y se provocó un tumulto en la mesa que no pude controlar. Eso me llevó a no poder explicar el concepto de degradé que ya se había insinuado en la clase anterior. Mi cara se transformó y perdí la alegría, la prestancia y la magia que da una buena interrelación con los alumnos. Lamentablemente creí efectiva mostrar una faceta menos amena que anhelo alguna vez controlar.
La docente sabía que me iba a perder en la relación personalizada, pero yo esperaba dudas que se repitieran para colectivizarlas. Eso no fue lo que sucedió porque los problemas eran múltiples.[22]
Fue una experiencia sobre la autoridad y el poder. Los alumnos sólo aceptan la palabra de quien está de pie delante y con unos años más, aunque no sepa nada. Esta es la conclusión que atesoro desde la experiencia como educando-educador. Difícilmente se registre la palabra de un compañero aunque esté llena de sabiduría y aproximación al conocimiento verdadero. En esta instancia dejé que el alumno que en la clase anterior había aprendido conmigo una técnica de calcar la explicara y lo hizo con tanta calidad y verborrea que no repetí el concepto. En respuesta, un alumno hizo el rayado de lápiz blando sobre el dibujo y eso lo solucioné en su caso en concreto pero quedé insegura de lo que sabían los muchachos. Otra omisión fue tratar de que contaran con el material antes de entender la propuesta. No conté que estaba en una cárcel con adolescentes de familias en conflicto.
El resultado concreto fue muy difícil de evaluar. En la fecha de entrega sólo había tres trabajos en la mesa, los de siempre y con una producción de mucho menor calidad y dedicación que la habitual, que tampoco es buena, salvo excepciones.
Fueron a mi casa una madre que los docentes tildan de vieja y una hija para preguntarme cómo se hacía el degradé, pero en vez de su signo del zodíaco usé triángulos masónicos porque tenía errores conceptuales importantes y poco tiempo. Esa muchacha pasó con 12 y está calificada como alumna destacada.
[1] Ver Anexo primero.
[2] CORREA Luna, Celia. Canto a José Pedro Varela. Letra y música.
[3] La variante está vinculada a los espacios de ocio como los recreos en donde emergen fuertemente las figuras de recreadores competentes. Llego a esta conclusión después de ser empapada por una bomba de agua que les suministró el educador a los alumnos de sexto año en la fiesta del cierre de cursos.
[4] Epígrafe de una ficha escrita por Corsino, Daniel, en Planificación Educativa. Desde una perspectiva pedagógica. CENFORES, Montevideo.
[5] Pequeño Larousse Ilustrado
[6] VÁZQUEZ, Tabaré y colaboradores, 2005 Presidencia – República Oriental del Uruguay
[7] Metáfora de un oficialista en época de gobierno colorado, que encierra una paradoja, la laicidad vista como bandera que se cuida con mucho celo no es laicidad pues para mí sólo es un símbolo que representa algo que sólo se muestra en determinados eventos.
[8] FREIRE; Paulo. Conversando con educadores.
[9] AMADO, Jorge. Bahía de Todos los Santos. Guía de calles y misterios. Tercera edición 1981. Editorial Losada. Buenos Aires.
[10] PORTILLO, Álvaro. Los retos de la izquierda uruguaya en el siglo XXI, Documento de trabajo. Disponible en la RED, enero del 2004.
[11] Ver anexo tercero.
[12] MARGOLIS, Joseph. Libearlismo y democracia: Paradojas y Rompecabezas. A parte Rei. Revista de Filosofía, España, noviembre de 2005. Introducción y traducción de Dr. Peter A. Muckley.
[13] AGUILAR; Cuevas, Magdalena, Manual de capacitación. Derechos Humanos. Enseñanza, aprendizaje, formación. México, Comisión Nacional de Derechos Humanos, 1991. Citado en LIEMPIENS, Frans y otros. La Zanahoria. Amnistía Internacional. Educación en Derechos Humanos. Amnistía Internacional, México, Querétemo, 1997.
[14] TIZZI, Rodolfo. Capítulo: Reflexiones sobre la historia Norteamérica. Instituto de Profesores Artigas. Gonzalo Alonzo y otras. Los profesores como intelectuales transformativos. mimeo. Montevideo 2005 y 2006.
[15] VARELA, José Pedro. Los gauchos. Artículo en Revista literaria, Montevideo, abril de 1865.
[16] FIGUEIRA, José Henriques. Un buen amigo. Montevideo, 1919, lección ochenta y siete del libro tercero de lectura para niños de 8-9 años.
[17] Órgano de prensa del nuevo Partido Comunista. LIBERARCE. Noviembre–Diciembre de 2007. Artículo de Sergio Calvete.
[18]Concepto freiriano.
[19] El practicante puede y debe seleccionar las actitudes que considere válidas para generar un espacio de reflexión y creación.
[20] Pautas conductuales no se refieren a la adhesión a una teoría del aprendizaje conductista sino a la imposibilidad del practicante de ver más allá de lo visible, tangible y manifiesto.
[21] Es el alumno con creatividad en los rótulos y repetidor. Si falta cualquiera.
[22] Reflexionando con Ana Iglesias, docente de Artes Plásticas del IPA, llegamos a la conclusión que de arranque había errores conceptuales producidos en clases anteriores. Según esta docente la relatividad del color y su temperatura exige técnicas de ver y no de decir porque para algunos lo que es un celeste no lo es para otro, es más, puede y debe haber tantos celestes como alumnos y además que mi propuesta mezclaba, en vez de aclarar.
La U.T.U. de periodismo
Mi negación a escribir en una computadora se resolvió el día que él me dejó sola como siempre y me puso un juego de flipers.
Tenía que tocar el espaciador y la tecla de Supr y se me fue la bola virtual hacia un lateral e instintivamente y literalmente, asesiné el monitor de un porrazo cual si estuviese frente a una chatarra de metal del boliche de la esquina.
Yo era cantinera de la U.T.U. de periodismo y para comprender a nuestra clientela, conseguimos con mi compañera, Sandra Ibáñez, un catálogo de damas de companía de modelos de medio rango. Algunas estaban entre nosotras y ellas eran las más moralistas, pose que encubría sus dobles vidas.
Les cuidamos los embarazos, los sueños y nos gritaban porque no teníamos café para sus desmayos.
Tenía que tocar el espaciador y la tecla de Supr y se me fue la bola virtual hacia un lateral e instintivamente y literalmente, asesiné el monitor de un porrazo cual si estuviese frente a una chatarra de metal del boliche de la esquina.
Yo era cantinera de la U.T.U. de periodismo y para comprender a nuestra clientela, conseguimos con mi compañera, Sandra Ibáñez, un catálogo de damas de companía de modelos de medio rango. Algunas estaban entre nosotras y ellas eran las más moralistas, pose que encubría sus dobles vidas.
Les cuidamos los embarazos, los sueños y nos gritaban porque no teníamos café para sus desmayos.
Reglas para los uniformados
Reglas de la marina.
Salí siempre con prostitutas que bailen capoeirs, tango o música árabe, que son la únicas que saben cuidarte. Inventa todas las canciones de amor en la cubierta pero por favor no pierdas el sueño con esas odaliscas que saben dónde encontrarte y así, fiel de pensamiento, por nada del mundo mandes un SOS en una botella que los astrónomos, los marinos y los historiadores inventan demasiado.
Seduce a todas las féminas extranjeras. Se van a mear y así van al médico y se hacen los análisis correspondientes.
La única postal que queremos es la de tu rostro feliz y las anécdotas de tus sueños recurrentes.
Para la policía
Uso de los intercomunicadores, y no hacer especulaciones que no te competen, el hombre, aunque culpable recibe 30 agentes antes y te va a putear a ti y a toda tu familia. Lo peor es que va a saber tu nombre dirección y teléfono y no te asustes si 50 años después te mande una bomba de alquitrán. Uy, descubrí el origen de los terroristas.
Para el Ejército
Ni a aún borracho, saques la espada en las fiestita, las mujeres aprenden a realizarse el haraquiri.
Salí siempre con prostitutas que bailen capoeirs, tango o música árabe, que son la únicas que saben cuidarte. Inventa todas las canciones de amor en la cubierta pero por favor no pierdas el sueño con esas odaliscas que saben dónde encontrarte y así, fiel de pensamiento, por nada del mundo mandes un SOS en una botella que los astrónomos, los marinos y los historiadores inventan demasiado.
Seduce a todas las féminas extranjeras. Se van a mear y así van al médico y se hacen los análisis correspondientes.
La única postal que queremos es la de tu rostro feliz y las anécdotas de tus sueños recurrentes.
Para la policía
Uso de los intercomunicadores, y no hacer especulaciones que no te competen, el hombre, aunque culpable recibe 30 agentes antes y te va a putear a ti y a toda tu familia. Lo peor es que va a saber tu nombre dirección y teléfono y no te asustes si 50 años después te mande una bomba de alquitrán. Uy, descubrí el origen de los terroristas.
Para el Ejército
Ni a aún borracho, saques la espada en las fiestita, las mujeres aprenden a realizarse el haraquiri.
Sistema de influencia personal y de curación
Elmer E. Knowles
Sistema de influencia personal y de curación.
Psychology Foundacition18, Rue, Bruselas; Bélgica.
Todo cuanto es alegre y sereno fortalece el espíritu y el cuerpo. En virtud de esta ley, se desprende que el movimiento de carácter más vital que experimenta un ser humano es la fe, el bálsamo y la vida más pura del alma.
Lo considero como una ley inmutable de la que no pude separarse ni alejarse ninguna alma; tenemos algo que atrae lo que mayormente necesitamos o que merecemos más.
Mírese en un mundo habitable. ¿Cuántos son los que sonríen al ver lo que tienen?
O que solo sabiéndolo, procuran continuar por la mismo camino. Conéctate a ti mismo; no te atreverás a considerarte como un Dios; el verdadera tema de la humanidad es el hombre mismo.
La ausencia de trabajo significa un castigo. Un cuerpo que no trabaja es un miserable. Pero no alcanza con eso. Para conocerte tienes que conocer a los demás. Es fácil. ¡¡Aprende a conocerlos!!
Y dije: Todo aquello que contemplamos a la distancia necesaria no deja de ser hermoso: El secreto de la belleza está en la perspectiva, y este ligero prefacio, retocado, está para llegar a dar la impresión de la necesidad que nos encontramos de presentar este compendio al mundo que nos robó. Para que no sigan matando a los buenos en nombre de un dios pagano.
He querido y no pude inculcar esto a mis discípulos porque me aislé en el escritorio escribiendo y la incida hizo que mataran a mis nietos. Aprendieron sí la precisión, la fuerza de voluntad, la confianza en sí mismo y la facultad para obrar rápida y eficazmente pero de leer nada.
Comprendí la necesidad de tener tres condiciones siempre y lamentablemente es un sistema científico: Precisión, Concisión y tratamiento completo de la persona.
Al poner en vuestras manos el referido sistema, no aliento más deseo que el de presentaros todo mi auxilio, personalmente y contribuir a que la enseñanza sea sugestiva, capaz de auxiliar y de prestar servicios a un orden práctico.
El número y detalles de los gravados os ayudarán a resolver todas éstas dificultades de posición, de manera...con que tropezamos sólo cuando andamos.
Las ciencias mentales, de tantos siglos de existencia contienen grandes paradojas de sufrimiento y arte de sufrimiento pero...
Lo que se hace con los ojos vendados son todavía las cosas más elevadas pero nadie dijo que se arrancaran los ojos.
Las fuerzas internas de Dios nos ha conferido a todos y el éxito material son cosas que merecen trabajo con que pretendemos alcanzarlo. Nuestro destino depende no ya de la suerte ni del capricho momentáneo de una regla de oro, si no de voluntad.
Las ventajas materiales no son sólo las que sepamos retirar en determinadas ocasiones. Nuestra fuerza está constituida por la acumulación de los triunfos alcanzados en detalles insignificantes... pero en un momento dado, el triunfo de esta vida llenita de pequeñeces os permitirá afrontar el momento supremo cuando llegue a presentarse. Y éste momento ha de presentarse indefectiblemente, pues todos hemos de encontrarnos en presencia del momento a que aludimos, en el que tomará parte la voluntad para dirigirnos por el camino del destino.
Si deseas modelar vuestra voluntad para hacer algo bueno y fuerte comenzarás enseguida por las cosas más pequeñas y sin importancia.
Sistema de influencia personal y de curación.
Psychology Foundacition18, Rue, Bruselas; Bélgica.
Todo cuanto es alegre y sereno fortalece el espíritu y el cuerpo. En virtud de esta ley, se desprende que el movimiento de carácter más vital que experimenta un ser humano es la fe, el bálsamo y la vida más pura del alma.
Lo considero como una ley inmutable de la que no pude separarse ni alejarse ninguna alma; tenemos algo que atrae lo que mayormente necesitamos o que merecemos más.
Mírese en un mundo habitable. ¿Cuántos son los que sonríen al ver lo que tienen?
O que solo sabiéndolo, procuran continuar por la mismo camino. Conéctate a ti mismo; no te atreverás a considerarte como un Dios; el verdadera tema de la humanidad es el hombre mismo.
La ausencia de trabajo significa un castigo. Un cuerpo que no trabaja es un miserable. Pero no alcanza con eso. Para conocerte tienes que conocer a los demás. Es fácil. ¡¡Aprende a conocerlos!!
Y dije: Todo aquello que contemplamos a la distancia necesaria no deja de ser hermoso: El secreto de la belleza está en la perspectiva, y este ligero prefacio, retocado, está para llegar a dar la impresión de la necesidad que nos encontramos de presentar este compendio al mundo que nos robó. Para que no sigan matando a los buenos en nombre de un dios pagano.
He querido y no pude inculcar esto a mis discípulos porque me aislé en el escritorio escribiendo y la incida hizo que mataran a mis nietos. Aprendieron sí la precisión, la fuerza de voluntad, la confianza en sí mismo y la facultad para obrar rápida y eficazmente pero de leer nada.
Comprendí la necesidad de tener tres condiciones siempre y lamentablemente es un sistema científico: Precisión, Concisión y tratamiento completo de la persona.
Al poner en vuestras manos el referido sistema, no aliento más deseo que el de presentaros todo mi auxilio, personalmente y contribuir a que la enseñanza sea sugestiva, capaz de auxiliar y de prestar servicios a un orden práctico.
El número y detalles de los gravados os ayudarán a resolver todas éstas dificultades de posición, de manera...con que tropezamos sólo cuando andamos.
Las ciencias mentales, de tantos siglos de existencia contienen grandes paradojas de sufrimiento y arte de sufrimiento pero...
Lo que se hace con los ojos vendados son todavía las cosas más elevadas pero nadie dijo que se arrancaran los ojos.
Las fuerzas internas de Dios nos ha conferido a todos y el éxito material son cosas que merecen trabajo con que pretendemos alcanzarlo. Nuestro destino depende no ya de la suerte ni del capricho momentáneo de una regla de oro, si no de voluntad.
Las ventajas materiales no son sólo las que sepamos retirar en determinadas ocasiones. Nuestra fuerza está constituida por la acumulación de los triunfos alcanzados en detalles insignificantes... pero en un momento dado, el triunfo de esta vida llenita de pequeñeces os permitirá afrontar el momento supremo cuando llegue a presentarse. Y éste momento ha de presentarse indefectiblemente, pues todos hemos de encontrarnos en presencia del momento a que aludimos, en el que tomará parte la voluntad para dirigirnos por el camino del destino.
Si deseas modelar vuestra voluntad para hacer algo bueno y fuerte comenzarás enseguida por las cosas más pequeñas y sin importancia.
De la barbarie al disciplinamiento
Este trabajo constituye un análisis del período de consolidación de la Modernidad en Uruguay.
Uno de los legados de nuestros antecesores modernistas, la compartimentación del saber-poder, debe ser cuestionado. Por ello conciliamos la Historia con la Sociología contemporánea para posar una nueva mirada crítica sobre nuestras raíces culturales y así escapar de la desorientación en la que estamos inmersos.
En el hacer revelamos un objetivo subsidiario que posibilita cualquier estudio responsable de la teoría foucaultiana: elaborar una historia de como los seres humanos fueron y son constituidos en sujetos a través del fenómeno del poder. Por ello nos vimos implicadas en el estudio del poder, sin que por ello sea nuestro tema central, pero sí nuestro eje de trabajo. Pues los sujetos, en cuanto inmersos en relaciones de producción y significación se encuentran en una trama de poder, descubrimos a éstas como extremadamente complejas y siniestras.
En este hervidero se constituyeron a través de las prácticas sociales imperantes de control y vigilancia nuevos dominios de saber. En la conformación de un nuevo tiempo y espacio se engendraron dispositivos, conceptos y técnicas que coadyuvaron a conformar formas totalmente nuevas de sujetos y sujetos de conocimiento... y la psiquiatría, la psicología y la pedagogía entre otras tantas disciplinas.
Tomamos el camino de estudiar la Modernidad y el disciplinamiento con los instrumentos de hoy. El trabajo de interpretar estos textos fue muy arduo, no logrando la compaginación deseada entre el relato de los acontecimientos, la Historia del Uruguay y la Sociología Contemporánea. Aunque debe saber el lector que la desviación del objetivo preestablecido no significó la renuncia a la investigación y no mermó el interés por el saber. La complejidad, el caos y la incertidumbre del hoy, en que los paradigmas coexisten, es un orden que no se comprende si no se inicia un proceso continuo a la manera que lo realizan los arqueólogos, poco a poco, sacando el polvo de los intersticios, redescubriendo, cuestionando los saberes heredados y redimensionando la problemática atinando las preguntas aunque no encontremos respuestas ciertas sino ejes. A todo esto aspira este trabajo.
Características generales de la
modernidad
Hasta fecha en realidad reciente, la lógica de la vida política, productiva, moral, escolar, asilar, consistía en sumergir al individuo en reglas uniformes, eliminar en lo posible las formas de preferencias y expresiones singulares, ahogar las particularidades idiosincrásicas en una ley homogénea y singular, ya sea la ‘voluntad general’, las convenciones sociales, el imperativo moral, las reglas fijas y estandarizadas, la sumisión y la abnegación exigidas por el partido revolucionario: todo ocurrió como si los valores individualistas en el momento de su aparición debieran ser enmarcados por sistemas de organización y sentido que conjurasen de manera implacable su indeterminación constructiva.
Lypovetzky[1]
El siglo XIX es la época de consolidación del desarrollo industrial, proceso iniciado en el siglo anterior con la aplicación a gran escala de la máquina a vapor al sistema productivo, que comienza por entonces con la producción en serie. Es la época de la progresiva revolución de los transportes y los medios de comunicación en general.
La modernidad, a partir de las revoluciones Francesa e Industrial, apela a la razón como herramienta privilegiada para ordenar la actividad científica y técnica, el gobierno y la administración. Rechaza fuerzas y poderes externos, sobrenaturales y trascendentes y con ello la legitimación teológica del poder político, económico y social.
Es la nueva religión sustitutiva de la institucional y cristiana, duramente combatida desde entonces por el racionalismo burgués. El nuevo culto promueve el desarrollo de la modernización y el progreso ilimitado: el Progreso es la idea fetiche en torno a la cual se mueven las ilusiones de una sociedad que se impregna de un ansia de novedad; cree en un único modelo de verdad, del bien y de la belleza, en torno a lo utilitario y a lo nuevo; pretende establecer un procedimiento perfecto y objetivo de producción en todos los ámbitos con la aplicación lógica, precisa y mecánica de la técnica hasta invadir el ámbito de las relaciones económicas y sociales; concibe un modelo ideal de organización política sin el componente aristocrático ni monárquico, pero desconfiando perpetuamente de la democracia y de sus “excesos”; reafirma el sentido lineal y acumulativo de la Historia como evolución de la humanidad desde una infancia teocrática a una madurez racional y científica (Comte et al.); establece una jerarquía eurocéntrica y básicamente racista entre las culturas; define el comportamiento occidental como modelo de desarrollo y comportamiento humano ideal y así legitima la primacía de dicho modelo en la sumisión y dependencia de los otros, el mundo colonial y semicolonial.
El Uruguay de la barbarie al disciplinamiento
Un cambio de mentalidad
“La institucionalización de una relación social concreta, en la cual unos deciden lo que implica a los otros y/o a todos, constituye una relación de dominación”
Alfredo Errandonea (h).
Entre 1829 a 1873 se quintuplicó la población, producto del aporte de una creciente oleada inmigratoria y de un alto crecimiento vegetativo. Aquellos que vinieron por motivos económicos tenían la idea de que se aventuraban hacia la construcción de un proyecto de vida ascendente y eran por ello inconscientemente adaptables al proyecto del positivismo y del iluminismo para no volver a ser excluidos. La contradicción estriba en que ellos eran justamente los expulsados de ese modelo. En realidad la experiencia de este conglomerado radicaba en la autoridad y en el trabajo.”Asimismo (como lo sucedido en Brasil), debe destacarse el número creciente de inmigrantes, quienes trajeron nuevos conocimientos y costumbres y también las reivindicaciones seculares de los sectores rurales y urbanos. Italianos, portugueses y españoles ya habían conocido en sus países de origen los sindicatos y otras organizaciones de defensa del trabajador. Entonces comenzó a tener importancia el proletariado, por su número y, sobre todo porque estaba consciente de lo que debía reivindicar”. [2]
El “Antiguo Régimen” demográfico reinante estaba caracterizado por una familia compuesta por una mujer joven, el hombre mayor y muchos hijos; la fecundidad divinizada y la muerte aceptada por común y más visible. La mujer pasaba de la infancia a la maternidad y por lo tanto estaba garantizada su inclusión productiva en el contexto social y la adolescencia tal como hoy la conocemos no existía como tal.
A la inmigración se le suman los prisioneros paraguayos solicitados a Venancio Flores para el trabajo en saladeros y los esclavos que trajeron los estancieros brasileños a sus establecimientos al norte del Río Negro.
El fortalecimiento del Estado para los futuros cambios se apoyó en el uso de nuevas técnicas (fusil de repetición, artillería) teniendo la exclusividad del aparato coercitivo.
El período militarista de Lorenzo Latorre amparó la reforma vareliana. Si hacemos un análisis estructuralista althusseriano es coherente la cooptación de las ideas progresistas de la educación universalista con la necesidad de reducir el costo de los aparatos represivos del Estado con la construcción de aparatos simbólicos del Estado.
“El poder implica en ocasiones el empleo directo de la fuerza, pero va prácticamente siempre acompañado por el desarrollo de ideas (ideologías) que justifican las acciones de los poderosos”[3].
El enemigo del orden y progreso será el que montado a caballo con el pelo desgreñado sobrevive en libertad en las praderas sin cultivar ni alambrar. Dirá Varela en el artículo “Los gauchos”, aparecido en la “Revista literaria” de abril de 1865: “Los gauchos, cuya raza, si es que como tal podemos clasificarla, es una mezcla de la raza india y de la de los conquistadores, han tomado de la primera su haraganería, sus hábitos salvajes, su crasa ignorancia; y de la segunda, el orgullo infatuado, el servilismo bajo las apariencias de la independencia y el horror al trabajo, que ennoblece la criatura y fortifica en el hombre las sanas ideas. (...) parece, que así son como parias para la vida política, se quisiera que continuaran siendo siempre para la vida social. (...) Pero, si por medio de escuelas esparcidas profusamente en nuestra campaña, se diera alguna ilustración a nuestros gauchos, sus necesidades acrecerían y con ellas la necesidad de trabajar; y si por medio de premios otorgados a la laboriosidad y a la honradez, se dignificara el trabajo, las absurdas ideas que hoy abrigan desaparecerían de su mente, y con ellas, quizá su funesta ociosidad. (...) Es por medio de La Educación del Pueblo, que hemos de llegar a la paz, al progreso, y a la extinción de los gauchos”.
En el mismo año en que se promulga el Decreto Ley de Educación Común que establece la reforma vareliana (1877) se conviene un acuerdo con las empresas inglesas del ferrocarril por un período de cuarenta años, dejándolas exentas de impuestos de importación de materiales como rieles y locomotoras, a cambio del transporte gratuito de la correspondencia oficial y de los efectivos de Ejército Nacional, cuando el gobierno lo crea conveniente. En consecuencia la pretendida exterminación del gaucho se hace efectiva. Quedarán robustos agricultores o peones para todo oficio y los caballos aran los campos. Eliminando este tipo de economía y cultura, que no le sirven a sus propósitos, triunfa el modelo de producción capitalista con el fin del proceso de conquista del campo por la ciudad.
Esta ideología empieza a construir un proyecto de sociedad racionalmente educada, sistematizando el progreso moral y material otrora exclusivo de la iglesia (porque los que la llevaron adelante estaban impregnados, esos sí, del liberalismo positivista europeo). La educación Nacional para controlar el presente y disolver en la uniformidad a la disidencia. Como la esperanza de vida hasta la medicina producto de la industria química (aspirina: 1899; salvarsán: 1906; insulina: 1922) en todo el mundo occidental es en promedio de unos cincuenta años, estamos refiriéndonos a una población del Uruguay que en 1875 tiene una tercera parte de menores de quince años.
“Estas primeras formulaciones del paradigma pedagógico de la modernidad hacen ya evidente un aspecto fundamental: bajo el discurso de una pedagogía presuntamente liberadora y socializadora, que debe hacerse extensiva hacia sectores cada vez más amplios de la sociedad, subyace una praxis de normalización, control y en definitiva de burocracia. La organización de masas, el control del tiempo y el anatema de la ociosidad son las principales características de la institución escolar moderna, al menos en sus orígenes.”[4]
A través de la educación se prepara el terreno social, político y sus estructuras institucionales para un modelo de país que pretende extender la civilización a la manera europea. Renegaron de su origen colonial que entendían como oscurantismo.
Pero los innumerables lazos de dependencia con Europa jamás permitirán que triunfe este modelo de desarrollo. El imperio inglés nunca tuvo esos planes para el Uruguay. Sólo necesitaban un mercado consumidor de objetos y abastecedor de materia prima y alimentos: el nuevo esquema de la división mundial del trabajo. Aún así esta primera formulación pedagógica sienta las bases para que la escuela aleccione la disciplina del esfuerzo y el valor del trabajo.
Cita de la lección 87 del libro tercero de lectura (para niños de 8-9 años) “Un buen amigo” de José Henriques Figueira (1910):
La piedra sin pulir y la piedra pulida
- ¡ Qué hermosa piedra es ésta, y qué fea es aquélla, papá!
- Pues las dos son iguales.
- No puede ser: ésta es lisa, tiene lustre y fajas de diferentes colores, que parecen pintadas á mano; mientras que la otra es áspera y fea.
- Y sin embargo, hijo mío, las dos son piedras ágatas y fueron halladas en la orilla del Uruguay; pero ésta que desprecias es un ágata en bruto, sin pulimento, tal como se la encuentra en el campo; mientras que la otra ha sido pulida por el hombre.
Y ahora, hijo mío, piensa en lo que te digo: La persona que no se instruye ni trabaja, es como el ágata en bruto, poco vale. Sólo el estudio y el trabajo constante, pulimentan y dan valor al hombre.
La creación del registro del estado Civil en 1885 (segunda fase de secularización uruguaya), el auge del ganado lanar -reforzador de vínculos económicos de dependencia con Europa-, la consolidación del círculo “orista”, asociado al capital británico dueño de los servicios públicos y los títulos de deuda externa y los grandes estancieros todos beneficiarios del ya establecido ferrocarril coexistieron con la última oleada inmigratoria del siglo XIX por otra parte es la más numerosa (1880-1920). Estas clases que se denominan “conservadoras” logran el “Alambramiento de los Campos” con el Código Rural de 1875. El nuevo régimen de propiedad de la tierra genera la primera crisis ocupacional del país. Comienza la migración de uruguayos, básicamente a las provincias argentinas limítrofes y al Sur del Brasil para emplearse en tareas agrícolas con mejores salarios, o hacia Montevideo, donde en arrabales y conventillos se encuentra con el europeo inmigrante. El remanente humano malvive en los pueblos de ratas (como definió Orestes Araújo a los rancheríos miserables en los intersticios del latifundio, 1912) o debe subsistir del trabajo zafral, sobre todo agrícola. La capital recibe europeos para vitalizar una industria incipiente.
Construido el Estado, asegurada la paz interna, alambrada la estancia, afianzada la ganadería extensiva, el viejo modelo demográfico dejó de ser funcional. Comienza a gestarse un segundo modelo, donde la mujer conforma más tardíamente la familia, reduciendo así el tiempo de fertilidad, y haciendo que el número de hijos fuera el acorde para mantener el nivel poblacional.
Las familias que no emigraron trataron de aumentar sus ingresos, como obreros de fábricas y saladeros. La mujer, sobre todo la que el latifundio expulsó, ya que para nada la necesitaba, logró ocupación laboral por su habilidad manual, su docilidad y sobre todo porque en un mercado de trabajo saturado, los empresarios podían reducir su salario a la mitad.
Las cercanías del 900 nos muestran un país que ha tenido una caída de la mortalidad infantil y en la tasa de natalidad. Nacionalización de europeos por medio del matrimonio. Comienza una prosperidad relativa visualizándose la industrialización con la construcción del actual puerto de Montevideo, la aparición de los primeros automóviles y tranvías. En 1908 se registra un dato relevante: el 60% de la población está alfabetizada (sustitución de la cultura oral por la escrita). De 1903 a 1915 se triplica la población universitaria.
Montevideo inicia su modernidad antes que varias ciudades europeas. La ciudad ya dividida en barrios según sus actividades conoce sus primeros ascensores (crecimiento en altura, alarde, especulación inmobiliaria). El cine desplaza al teatro generando, junto con los periódicos y el fútbol una cultura de masas, El mundo vacacional de las quintas se sustituye por el de las playas Pocitos y Capurro hasta donde el tranvía había tendido sus redes (definición de trama urbana).
Existen tres tipos de familias en la génesis del modelo moderno:
· Región ganadera, con estructura latifundista, alta tasa de analfabetismo, concentración del pobrerío rural: peones y madres solteras, que no generaron un comportamiento sexual previsor.
· En la región agrícola de formas minifundistas, tasa de analfabetismo menor que la anterior pero alta comparada con Montevideo, familia legalmente constituida cuyos hijos son considerados herramientas para el cultivo. El control de la natalidad aparenta ser el derivado del retraso en la edad para contraer matrimonio
· En Montevideo, con economía semi industrial y empleos públicos, abundancia de inmigrantes europeos, con nivel alto de instrucción primaria y poca incidencia de la religiosidad, donde el control de la natalidad es más estricto justificado por el deseo de ascenso social.
La ley de divorcio de 1913 obligaba a la separación de bienes. El deseo de mantener la cohesión de la fortuna obligaba al mantenimiento de la sociedad conyugal. Se generó la idea del matrimonio como una nueva forma de dependencia. La soltería de la mujer era temida y esto justifica la carrera matrimonial o el ingreso a la vida religiosa, opción que exasperaría a los liberales del 900. La mujer era conservadora de las tradiciones en la sociedad, la religión se refugió en su falda. Prueba de ello es que la Iglesia congregó noventa y tres mil firmas (el diez por ciento de la población) para la abolición de la ley de divorcio y la mayoría de éstas eran de las mujeres.
Durkheim sostenía que“Una religión es un sistema solidario de creencias y de prácticas relativas a las cosas sagradas, es decir, separadas, interdictas, creencias y prácticas que unen en una misma comunidad moral, llamada Iglesia, a todos aquellos que se adhieren a ellas”.[5]
El modelo demográfico elegido impuso nuevas formas de conducta: la separación por sexos, el puritanismo y el culto a la virginidad. No es raro entonces el auge de la histeria conversiva femenina. Subsiste y se pone de moda en este tiempo la literatura erótica (reivindicación frente al puritanismo) pero al no vincular el amor y el sexo a la familia y a la procreación, también funcionó dentro del modelo.
El Estado benefactor del batllismo que caracterizó esta época intervino en la vida concreta de la sociedad mitigando las contradicciones del modelo de producción capitalista. La nueva conformación de la familia tiene un diálogo sincronizado con el Estado que entiende en ella la conservación y reproducción del orden constituido.
Los inmigrantes que vinieron con capital (franceses, ingleses y catalanes) descubrieron un lugar aceptable en el campo y uno próspero en la capital. La poca colocación de alimentos en el mercado mundial garantizaba su abundancia, por lo tanto su distribución y consumo interno. Un nivel de vida y un salario de los trabajadores superior en relación con las condiciones de vida y retribuciones recibidas en su lugar de origen, sumado a la imposición de los descubrimientos sanitarios posibilitan la población del país.
El alambramiento de los campos impuesto en el período militarista logra legalizar la tenencia de la tierra y consolidar el derecho de propiedad, a la vez que genera desempleo y migración interna. La escasa disponibilidad de tierras aumenta su valor y concentra la riqueza en manos de quien la posee.
La ideología batllista (georgismo) apuntaba a la extensión de los servicios y la industrialización como forma de generación de trabajo por parte del Estado y de neutralización de la lucha de clases. Los intentos de colonización y la agricultura ponían en peligro a los grandes estancieros y fracasaron. La legislación social fue vista por los empresarios (no sólo la ley de ocho horas, sino el respeto a las normas de salubridad) con temor, y en general hubo oposición a la misma. Por último, el intervencionismo estatal limitaba, aunque muy parcialmente, los intereses inversores extranjeros, que igualmente se manifestaron temerosos, como en lo que tuvo que ver con la creación del Banco de Seguros, en 1911.
La sociedad uruguaya en su conjunto solucionó la crisis con una buena dosis de maltusianismo y eugenesia. La sociedad se atrevía a controlar los nacimientos pero no a poner en tela de juicio la estructura económica y social. Esta es la base de una revolución demográfica y cultural que generó una mentalidad y una ideología influyendo en los planteos políticos, económicos y sociales que los contemporáneos realizaron.
La modernidad es la cosmovisión nacida de la sobre valorización de la técnica y de la racionalidad y el trabajo. Es la nueva fe laica impuesta por un Estado consolidado. La Historia es entendida como una línea recta y ascendente. La consecuencia de este modelo es la generación de sujetos individualistas por la destrucción de las antiguas comunidades de pertenencia. Materialistas y masificados por la adopción impuesta de conductas y modos de vida generalizados. Creyentes ya no en lo sacro sino en el progreso entendido como una interpretación científica del mundo y en la racionalización y el imperio de la razón instrumental como medio y fin, lo que corresponde al concepto de linealidad histórica. Es a través del mercado, la eficacia técnica y la universalización que se entiende a la modernidad como el único modelo planetario y por lo tanto la única alternativa posible. El 900 emerge de la confianza en la ciencia, la técnica y el progreso lo que se resume en las ideas de Comte (1798-1857).
El proceso de disciplinamiento
El panóptico
El principio era: en la periferia un edificio circular; en el centro una torre; ésta aparece atravesada por amplias ventanas que se abren sobre la cara interior del círculo. El edificio periférico está dividido en celdas, cada una de las cuales ocupa todo el espesor del edificio. Estas celdas tienen dos ventanas; una abierta hacia el interior que se corresponde con las ventanas de la torre; y otra hacia el exterior que deja pasar la luz de un lado a otro de la celda. Basta pues situar a un vigilante en la torre central y encerrar en cada celda un loco, un enfermo, un condenado, un obrero o un alumno.
Michel Foucault
Aspirar a un cambio en el modo de producción significó la puesta en marcha de un proceso de disciplinamiento de las pulsiones, para que los individuos se constituyeran en fuentes de producción y aceptaran como único el camino del progreso científico y técnico. El control, vigilancia y disciplinamiento son los tres perfiles del nuevo dispositivo moderno. Un cambio de mentalidad no se produce sin la adecuación del espacio y el tiempo que cobran nuevas dimensiones.
El diseño de los espacios es una muestra de la tecnología y la economía del poder. Vivir como vigilante y vigilado se internaliza en la Vida Cotidiana, se hace carne en las relaciones sociales que establece el individuo. Los procedimientos del poder no se agotan en esto, pero se materializan. Es la mirada omnisciente, el principio de visibilidad por efecto de la luz, la encargada de la seguridad ciudadana por efecto de los cuerpos individualizados.
Antes la arquitectura estaba abocada a materializar el poder terrenal o de Dios y la fuerza con los grandes recordatorios de la Historia escrita en los monumentos en los cruces importantes a los vencedores y la eliminación del rastro de los vencidos. Luego, a partir del siglo XVIII, si bien también representa el poder, se ocupa de la vivienda de la población, de la salud y con ello del urbanismo todo. Cada centímetro cuadrado tiene un fin económico y político. En la disposición funcional de los espacios se prescribe un tipo de moralidad porque expresa lo permitido y lo prohibido. Si se escribiera la historia de los espacios se escribiría también la historia de los poderes. La vivienda perfecta modificaría la conducta de los individuos. Una suerte de aparato de adoctrinamiento y control. En esta fase el control de la sexualidad la homosexualidad y la masturbación se hacen patentes tanto en escuelas como en cuarteles. Pero no serán los arquitectos los que designen las formas de esta maquinaria, serán los médicos los que las prescriban.
Especialistas en la higiene por temor al contagio, represores de la promiscuidad y castradores de los indigentes en nombre de la salud, son los nuevos confesores de los núcleos familiares, los curas laicos. Es el control de todos por el poder de unos pocos.
Será el aumento de la población por las oleadas migratorias y la baja de la mortalidad por la imposición de las nuevas técnicas médicas las que determinen la intromisión sobre todos como si fuera la de un solo individuo y por ello tan efectiva. El resultado es una sociedad sin oscuridad para el descanso, legible, transparente, en fin, visible. Cada uno puede ver al otro, no hay obstáculos en las miradas que recíprocamente se dominan, se juzgan, se vigilan y opinan como agentes del poder meticuloso y riguroso. Ya no se trata que la gente sea castigada, se trata de que ni siquiera puedan portarse mal por la vigilancia constante de todos sobre todos. Se genera un miedo a la oscuridad: en la sombra de la noche está la corrupción, el vicio y el complot. Se trata de promover el terror hacia ella para justificarse. Serán los rincones ocultos del hombre los que deben expirar. No debe querer ni poder. Es una estrategia que economiza el castigo y donde todos son agentes gratuitos con el precio de ser también vigilados hasta el punto que esta mirada se internalice y termine vigilándose a sí mismo. Diabólico en verdad es estar en una máquina de vigilancia donde vigilante y vigilado son igualmente prisioneros. El poder ya no se identifica con un individuo por la nobleza de cuna y de sangre, el poder se basa en la desconfianza, lo detentan todos como vigilantes y sobre ellos recae como vigilados. Esta técnica de poder es correlativa a las nuevas necesidades de la producción. Se trata de construir un nuevo hombre que construya nuevas cosas, entre ellas la destrucción o la disciplina como medio y fin de su trabajo. El trabajo como una nueva forma de domesticación.
“La ‘civilización’ fue la época de disciplinamiento de las pulsiones, de la vigilancia de la mujer, el niño, el adolescente y las clases populares, todo en nombre de la sacralización del trabajo, el pudor y la dignidad de la muerte. En el plano de los métodos de control social, la nueva sensibilidad se horrorizó ante el castigo del cuerpo pero admitió en su lugar la más eficaz domesticación del alma.”[6]
La vida pasa en instituciones cerradas en donde se es vigilado por diferentes agentes. El vigilado tendrá una visión parcial de los acontecimientos. Su atención estará totalmente abocada a la producción, habrá muros laterales que le impedirán ver a sus compañeros. De él se recabarán datos, se elevarán informes y por lo tanto será premiado o castigado. Es un objeto del cual se extraen datos pero no es un agente que deba comunicarse con el entorno. Es la garantía del orden para evitar el complot. Se teme a la multitud y entonces se separan los cuerpos y se individualizan.
Como principio, éste dispositivo de poder sabe ocultar las discontinuidades. El vigilado nunca sabrá si en ese momento es mirado o no, lo da por hecho, siente que es una tarea que sobre él se ejerce de manera continuada aunque así no sea. Reveló que es más efectivo y económico el control y la vigilancia que el castigo. Los individuos no dejan de producir y las construcciones ya no necesitan candados rejas y cerrojos. Serán más livianas, basta que la luz que atraviesa los vanos cubra la superficie y que las separaciones estén bien dispuestas en beneficio del conjunto.
Observar los síntomas, los hechos singulares, localizar las aptitudes y registrar los procesos de cada uno. Evitar el contagio, segregar, separar, aislar y para todo esto es necesario un diagnóstico fiable y continuo del conjunto.
El panóptico sirve de gran laboratorio de experimentación siempre que valga para encauzar el comportamiento hacia lo que sea considerado bueno y deseable. Juzga para evitar la epidemia o el motín.
El objetivo del disciplinamiento no es la preservación de la vida sino definir las relaciones de poder sobre los hombres. Es una figura de tecnología política en donde no hay obstáculo, resistencia o rozamiento y que sirve a los usos más variados. Es polivalente la distribución de los individuos y su implantación de los cuerpos en el espacio. En donde haya que imponer una tarea o conducta ahí se edificará y tenderá sus redes.
En cada una de éstas concentraciones cabe la posibilidad de perfeccionar el método. Porque multiplica el número sobre los que se ejerce, actúa antes que las faltas, los errores y los delitos y la multiplicidad de aparatos de la misma índole acrecienta los efectos. El esquema panóptico está destinado a difundirse y reproducirse en el cuerpo social.
La estructura edilicia determina que el rol de vigilante lo puede ejercer cualquiera pues se adivina en la conformación de los espacios. El exterior puede entrar en una ordenación panóptica puesto que quien así lo desee puede oficiar de inspector. Esta posibilidad de inmiscuirse en este mundo es la garantía del sistema en que no devenga en tiranía.
Observemos el arsenal, los instrumentos, y con ellos el fin de individualizar. Los medios son esencialmente: visualizar, registrar, diferenciar y comparar.
La sociedad disciplinaria es el resultado de la progresiva extensión de las redes de los dispositivos de disciplina y su multiplicación a través de todo el cuerpo social. En un principio se le exigió que neutralizaran los peligros, que reorganizaran la ciudad para evitar la haraganería u otros malos hábitos, que suprimieran la posibilidad de la organización de las masas o las reuniones numerosas. Cumplidas estas metas y mostrando con ello su efectividad se le pide en una segunda etapa que aumente la producción y con ello la utilidad de los individuos. Se incrementa y se prioriza la producción con relación al tiempo, obteniendo mayor rentabilidad con técnicas que fabrican individuos diestros, rápidos, precisos y por ende, útiles. La polivalencia está en que la producción puede estar referida a la manufactura, la transmisión del saber, la difusión de actitudes o la capacidad de la estrategia necesaria para ir a la guerra. En resumen, se persigue el adiestramiento minucioso y concreto para crear fuerzas útiles.
La multiplicación de los mecanismos de disciplina permitió abrir los muros y a circular fuera de éstos, creándose procedimientos flexibles de control fácilmente adaptables a una nueva función, la vigilancia externa. Se crean minúsculos observatorios, puntos de apoyo que penetran en los lugares más ínfimos de la existencia colectiva permitiendo un control regular de la población externa. Se reducen las dimensiones de los establecimientos para crear más focos de control mejor distribuidos en el enjambre social.
Los reglamentos permiten la proliferación y precisión de acciones complementarias y no contradictorias entre dichos establecimientos. Los reglamentos, los certificados y demás documentos cobran una importancia radical en la clasificación de los individuos. Esta instancia va de la mano de la preeminencia de la cultura escrita sobre la oral ya que permite mayor exactitud y rigurosidad en recabar información.
Bajo la forma de un aparato del Estado, la policía se reubica como máquina administrativa, unitaria y rigurosa. De esta fuerza parten informes y registros de conductas, actitudes, virtualidades y sospechas. Actúa y se extiende como una red intermedia disciplinando los espacios que no lo estaban cubriendo todos los intersticios. Las fuerzas del orden no son creación de ésta época aunque sí su forma y su organización. En la modalidad disciplinaria del poder no se reemplazó a todas las formas preexistentes de vigilancia, sino que se ha infiltrado entre ellas, priorizando y desestimando alguna pero ligándolas, prolongándolas, a fin de producir efectos de poder más sutiles y más lejanos.
En un espectáculo todos ven a unos pocos debatirse entre el dolor y la sangre. Esta es la reorganización opuesta, es un número pequeño el que tiene la visión instantánea de una gran multitud de manera muy certera.
La táctica de poder responde a la economía, la intensidad y el aumento de la docilidad y la utilidad. Estos objetivos de las disciplinas reconocen la coyuntura histórica del crecimiento demográfico y el desarrollo de una producción más compleja cada vez más costosa y cuya rentabilidad es necesaria hacer crecer.
Es necesario un ajuste que permita no la sumatoria, sino la multiplicación de la producción del saber, de la salud, de las aptitudes, de la fuerza destructora de los ejércitos, además de la producción de bienes materiales.
La multiplicidad organizada requiere que se calculen y regulen los movimientos en el espacio, se resuelvan las confusiones, se anulen las circulaciones inciertas y se estudie la distribución y separación de los cuerpos, de los gestos, de los ritmos, para extraer de los individuos el máximo de sus fuerzas con relación al tiempo.
Calificar, clasificar y castigar requiere de instancias que suponen medir y diagnosticar. Por ello el examen interrumpido permite esta diferenciación y la comparación de individuos. Se encuentra altamente ritualizado, con métodos específicos, con agentes especializados para someter a los objetos en estudio de manera regular, rigurosa, específica y más amplia. El examen es una ceremonia que lleva implícito el ejercicio del poder y la adquisición de un cierto tipo de saber acerca del otro. El examinador permanece oculto, casi invisible y es sobre el que se ejerce, el observado, es al que se le impone la visibilidad. De este último queda el legajo, el archivo, el expediente, dejando al sujeto en un formato textual que lo capta y lo individualiza y lo objetiviza como presa para un poder de control, dominación y sometimiento. Otra vez la escritura como cierta función política, la de la individuación.
“De hecho, el poder produce; produce realidad; produce ámbitos de sujetos y rituales de verdad: El individuo y el conocimiento que de él se puede obtener corresponden a esta producción.” [7]
Las discontinuidades de la modernidad
Como ya vimos, los modernos eran pujantes porque creían en una utopía: la felicidad en el futuro. Prometen un final feliz, un mundo de bienestar para todos basado en el desarrollo de la ciencia, la técnica y la industria.
Confiados en ello y sobre esas bases, instituyeron un credo racionalista que fue la cuña de ruptura con la nobleza de la sangre, la autoridad sagrada, las tradiciones y los particularismos. Creían que la ciencia avanzaba sólo hacia la verdad, el arte se expandiría como única forma de expresión de la vida y la ética encontraría la universalidad. Las normas constatadas racionalmente regirían por igual a todos los hombres. Sobre estas bases se cimientan grandes planes, para la construcción de un proyecto hegemónico que legitime, de unidad y fundamente las instituciones y las prácticas sociales, que respiran en la idea de progreso, conjugando el iluminismo y el positivismo junto con sus expresiones políticas principales, el liberalismo, y una vez instalado, una dosis importante de conservadurismo democrático.
Los ideólogos de esta revolución filosófica necesitarán, para acelerar este proceso, un sustento teórico y será entonces el invento de Augusto Comte- la creación de una nueva disciplina indispensable para llegar al conocimiento de la realidad social, esta herramienta. Con el vocablo latino societas y el otro griego logos crea la expresión sociología a la que hacemos referencia. Es en la concreción de una simple palabra que se empieza a sistematizar el conocimiento desvinculándolo de la Filosofía y abrazando el paradigma científico. Comte pretendía llamar a esta nueva disciplina Física Social.
La sociología científica toma el modelo mecanicista y al mismo tiempo determinista. Como su modelo es el de la ciencia experimental, intenta recortar del panorama global los objetos de estudio y aislarlos y con ello elimina las particularidades de los contextos.
“Pero, sobre todo, hay que destacar que la sociología científica conduce a una esquizofrenia profunda y permanente.” [8]
El cientificismo como poder-saber se constituyó en un orden absolutista porque se expresó en todos los ámbitos de la vida. Este saber capaz de leer el cuerpo social legisló a los hombres, condenó y juzgó todos los demás saberes como interferencias ilegítimas.
El Estado apoyó permanentemente a los representantes de la cultura científica ante la ignorancia popular, porque saber y poder tenían una función disciplinante clave en la construcción del nuevo hombre que el orden establecido requería.
Una de las razones por las que la modernidad y sus discontinuidades no fue comprendida se debe, según Anthony Giddens, a la influencia del evolucionismo social que caracterizó un extenso y muy productivo período de investigación en las Ciencias Sociales. Estas teorías no se basarán ya en una inspiración de carácter teológico pero representan grandes relatos. La Historia es narrada como una cadena causal, partiendo de lo obvio, de lo más simple a lo más complejo, de las sociedades de cazadores y recolectores a las que tienen una organización más compleja y moralmente superior, la occidental. Algunos, spencerianos y darwinistas sociales, se basaron en que las sociedades humanas luchan unas con otras en la supervivencia del más apto. Las sociedades modernas de occidente serían las que han alcanzado la cima y justifican así su supremacía racista. La Historia lineal que cuenta el evolucionismo quedó marcada a fuego en el imaginario social y su deconstrucción no es tarea sencilla. La Historia de los vencedores es mutiladora, desconoce el azar y la incertidumbre, niega la autonomía y la creatividad y por lo tanto aniquila al hombre, rechazado como un retal por el tratamiento científico.
“Hemos llegado a la siguiente paradoja: cuanto más obedece el sociólogo a una concepción mecanicista, mutilada y arbitraria, más aspira al monopolio del cientificismo, pretensión radicalmente anticientífica.”[9]
Los sociólogos aspiraron al distanciamiento de su investigación eliminando los prejuicios para que las ideas y pruebas se examinasen con imparcialidad. Será a partir del reconocimiento de la subjetividad, la explicitación de las motivaciones intrínsecas en la investigación, el debate público, el examen de pruebas y de la estructura lógica de los argumentos que esta cuestión de la implicancia entre lo observado y el observador puede analizarse de manera fructífera alcanzando la tan pretendida objetividad.
En cambio los positivistas negaron la subjetividad como una entelequia de dudosa existencia y determinación y en ese camino no pudieron llegar a ser ascéticos. Cuanto más intentaban ser objetivos más parciales resultaban sus argumentos constituyendo una sociología sentenciosa y fuertemente ideologizada, plausible de convertirse en instrumento de dominación.
Si aceptáramos como instrumento de análisis la sociología a la que hacemos referencia, no encontraríamos ni entenderíamos las discontinuidades que distinguen a las instituciones sociales modernas y sus particularidades.
La primera discontinuidad hace referencia a otro ritmo de cambio mucho más visible si se toma en cuenta la incorporación de la tecnología que inundó todas las ramas de producción y organización del espacio y el tiempo. El cambio, el movimiento y la dinámica que crea la modernidad no tiene precedentes en la Historia.
La segunda discontinuidad es el contexto de cambio que se modificó por la supresión de barreras de comunicación. Uruguay iniciará el proceso de modernización aún antes que varias ciudades europeas. Estábamos en la vanguardia del sueño de orden y progreso.
La tercer discontinuidad se presenta de manera intrínseca en las instituciones de la modernidad. El Estado y su sistema político, los nuevos lazos de dependencia económica con Europa a través de la venta del ganado lanar o el consumo de energía que no producimos y el trabajo asalariado y la incorporación de la mujer trabajadora como válvula de control del salario y su incorporación como ejército de reserva simplemente no se dan de ésta manera en períodos anteriores de nuestra Historia.
El urbanismo moderno, la imposición de la medicalización, la obsesión en la higiene, la inspección, invasión y segregación espacial de las lacras de la sociedad como la pobreza y la prostitución crearon mayores expectativas de vida. Los conceptos de muerte y enfermedad han sido alterados de manera radical junto con los aspectos más personales e íntimos de nuestra existencia cotidiana e influyeron en numerosos aspectos de nuestra creencia acerca de la biología y la naturaleza. Se abona de esta manera el campo para que emerja un nuevo poder, el poder médico. La sociedad es el gran panóptico y este saber rige las normas de convivencia. En el mismo año de la reforma escolar (1877) se inaugura el Hospital Vilardebó –réplica de la Salpetrière parisina- que separa al enfermo mental del reo y se construyen mecanismos de control específicos para esta población. La psiquiatría es el nuevo poder. Como lo explica Michel Foulcault es en esta época en donde emerge este nuevo campo de conocimiento a través de recabar información de los individuos de manera precisa y rigurosa. “Todas las ciencias, análisis o prácticas con raíz ‘psico-’, tiene su lugar en esta inversión histórica de los procedimientos de individuación” [10]
Es en este contexto en donde se instituyeron, a través de las prácticas sociales preponderantes de control y vigilancia, áreas de saber muy poderosas de diagnóstico, separación y categorización de la población. Se engendraron dispositivos, conceptos y técnicas que coadyuvaron a conformar formas totalmente nuevas de sujetos y sujetos de conocimiento... y la psiquiatría, la psicología y la pedagogía entre otras tantas disciplinas.
En la investigación efectuada para abordar este tema nos vimos tentadas más de una vez en efectuar juicios de valor. Nos preocupaba el obstinamiento de recabar del individuo información de tal manera que nada quedara fuera del marco de lo legible y controlable. De esa práctica emergieron saberes y disciplinas que sobreviven, coexisten y se despliegan en la actualidad. Por lo expuesto construimos la convicción de que el control no es ni bueno ni malo. Esa categorización sólo podrá realizarse en el análisis de los fines e intencionalidades de ese poder-saber y de quienes lo detentan.
A modo de cierre
La adopción del modelo de acumulación capitalista exigió, para su afianzamiento y estabilidad, la modalidad específica del poder disciplinario. El control, la vigilancia y el disciplinamiento de las fuerzas y de los cuerpos generaron nuevas subjetividades que acataron ese modelo a pesar de las crisis. Los múltiples dispositivos de control se encargaron de impedir la agrupación para la construcción de un proyecto de vida alternativo y ese fue su mayor logro. Por lo cual este paradigma persiste en el tiempo a pesar de las críticas al cientificismo y a la nobleza de los adelantos científico técnicos. A partir de esta consolidación, viviremos un siglo de máxima inseguridad e incertidumbre. El siglo veinte fue el siglo de las guerras, y de la destrucción de la fe ciega en el modelo. Llegando a la toma de conciencia de los individuos de las sucesivas formas de sometimiento a los que se vieron expuestos.
“El sometimiento a la ‘observación’ prolonga naturalmente una justicia invadida por los métodos disciplinarios y los métodos de examen.”
Pero de esa obstinación emergieron nuevos campos de saber que extienden sus redes de manera silenciosa y por lo tanto son (aún) más eficaces. Sigue vigente en el consultorio del médico, del psiquiatra, en el aula del maestro o la del profesor. Pero el expediente o la carpeta de un niño recluido en el INAU dice quién es, y puede ser fuente de un poder omnipotente por parte de los que trabajan con él. También lo es la libreta del docente y más cotidianamente la tarjeta de descuento en el supermercado que registra nuestro gasto mensual y legitima una estrategia de marketing sobre nuestra cultura de consumo.
Convivimos con filmadoras, seguimos siendo controlados por una mirada que se esconde tras el aparador y no es que nos estemos volviendo paranoicos. Es que la vida es un reality show donde la forma del panóptico sigue siendo la más rentable para controlar las conductas y generar nuevas subjetividades.
En cuanto a los fines y las intencionalidades estudiamos una época de cambio en el modo de producción. Ahora ¿cuáles son los fines que persigue?
Las instituciones creadas en la modernidad están en crisis: la escuela, la familia, el Estado no pueden cumplir los objetivos por los que fueron creados pero se sostienen porque a pesar de la crisis no se ha construido un proyecto alternativo.
¿No será esto la prueba del éxito de los métodos empleados?
Bibliografía
BARRÁN, José Pedro. Historia de la sensibilidad en el Uruguay. Tomo 2 El disciplinamiento (1860-1920). Ediciones de la Banda Oriental. 1990. Montevideo. Uruguay.
GIDDENS, Anthony. Consecuencias de la modernidad. Alianza. 1993. Madrid
GIDDENS, Anthony. Ficha nº1: Selección de textos de Anthony Giddens (I).Curso de Sociología, profesor Álvaro Portillo; Universidad de La República. Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Publicaciones Universitarias 1999. Montevideo.
FOUCAULT, Michel y otros. El panóptico. El ojo del Poder. Las ediciones de La Piqueta. 1979. Madrid
FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar. México D.F., Siglo XXI, 1998.
MORIN, Edgar. Introducción al pensamiento complejo. Introducción al pensamiento complejo. Gedisa, Barcelona, 1995. Trad. Marcelo Pakman.
MORIN, Edgar. Sociología. Tecnos. Madrid, 1995.
PÉREZ GÓMEZ, Ángel. La cultura escolar en la sociedad posmoderna. Cuadernos de Pedagogía. Madrid, 1994.
GIDDENS, Anthony. Ficha nº1: Selección de textos de Anthony Giddens (I).Curso de Sociología, profesor Álvaro Portillo; Universidad de La República. Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Publicaciones Universitarias 1999; Pág. 87
[1] OBIOLS, Guillermo y otra. Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria, Kapelusz, Febrero de 1999. Buenos Aires.
[2] Iglesias, Francisco. Breve Historia contemporánea de Brasil, FCE, México 1994.
[3] GIDDENS, Anthony. Ficha nº1: Selección de textos de Anthony Giddens (I).Curso de Sociología, profesor Álvaro Portillo; Universidad de La República. Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Publicaciones Universitarias 1999; Pág. 87
[4] ALSINA CALVÉS, José. La educación y la crisis de la modernidad. Revista Hespérides, nº 20. Barcelona.
[5] Apuntes De Sociología, curso 2º B de publicidad y relaciones públicas, año 2002/2003
[6] BARRAN, José Pedro. Historia de la sensibilidad en el Uruguay. Tomo 2 El disciplinamiento (1860-1920). Ediciones de la Banda Oriental. 1990. Montevideo. Uruguay.
[7] FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar. Capítulo II. Los medios del buen encauzamiento
[8] MORIN, Edgar. Sociología. Tecnos
[9] MORIN, Edgar. Sociología. Tecnos
[10] FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar. Capítulo II. Los medios del buen encauzamiento.
Uno de los legados de nuestros antecesores modernistas, la compartimentación del saber-poder, debe ser cuestionado. Por ello conciliamos la Historia con la Sociología contemporánea para posar una nueva mirada crítica sobre nuestras raíces culturales y así escapar de la desorientación en la que estamos inmersos.
En el hacer revelamos un objetivo subsidiario que posibilita cualquier estudio responsable de la teoría foucaultiana: elaborar una historia de como los seres humanos fueron y son constituidos en sujetos a través del fenómeno del poder. Por ello nos vimos implicadas en el estudio del poder, sin que por ello sea nuestro tema central, pero sí nuestro eje de trabajo. Pues los sujetos, en cuanto inmersos en relaciones de producción y significación se encuentran en una trama de poder, descubrimos a éstas como extremadamente complejas y siniestras.
En este hervidero se constituyeron a través de las prácticas sociales imperantes de control y vigilancia nuevos dominios de saber. En la conformación de un nuevo tiempo y espacio se engendraron dispositivos, conceptos y técnicas que coadyuvaron a conformar formas totalmente nuevas de sujetos y sujetos de conocimiento... y la psiquiatría, la psicología y la pedagogía entre otras tantas disciplinas.
Tomamos el camino de estudiar la Modernidad y el disciplinamiento con los instrumentos de hoy. El trabajo de interpretar estos textos fue muy arduo, no logrando la compaginación deseada entre el relato de los acontecimientos, la Historia del Uruguay y la Sociología Contemporánea. Aunque debe saber el lector que la desviación del objetivo preestablecido no significó la renuncia a la investigación y no mermó el interés por el saber. La complejidad, el caos y la incertidumbre del hoy, en que los paradigmas coexisten, es un orden que no se comprende si no se inicia un proceso continuo a la manera que lo realizan los arqueólogos, poco a poco, sacando el polvo de los intersticios, redescubriendo, cuestionando los saberes heredados y redimensionando la problemática atinando las preguntas aunque no encontremos respuestas ciertas sino ejes. A todo esto aspira este trabajo.
Características generales de la
modernidad
Hasta fecha en realidad reciente, la lógica de la vida política, productiva, moral, escolar, asilar, consistía en sumergir al individuo en reglas uniformes, eliminar en lo posible las formas de preferencias y expresiones singulares, ahogar las particularidades idiosincrásicas en una ley homogénea y singular, ya sea la ‘voluntad general’, las convenciones sociales, el imperativo moral, las reglas fijas y estandarizadas, la sumisión y la abnegación exigidas por el partido revolucionario: todo ocurrió como si los valores individualistas en el momento de su aparición debieran ser enmarcados por sistemas de organización y sentido que conjurasen de manera implacable su indeterminación constructiva.
Lypovetzky[1]
El siglo XIX es la época de consolidación del desarrollo industrial, proceso iniciado en el siglo anterior con la aplicación a gran escala de la máquina a vapor al sistema productivo, que comienza por entonces con la producción en serie. Es la época de la progresiva revolución de los transportes y los medios de comunicación en general.
La modernidad, a partir de las revoluciones Francesa e Industrial, apela a la razón como herramienta privilegiada para ordenar la actividad científica y técnica, el gobierno y la administración. Rechaza fuerzas y poderes externos, sobrenaturales y trascendentes y con ello la legitimación teológica del poder político, económico y social.
Es la nueva religión sustitutiva de la institucional y cristiana, duramente combatida desde entonces por el racionalismo burgués. El nuevo culto promueve el desarrollo de la modernización y el progreso ilimitado: el Progreso es la idea fetiche en torno a la cual se mueven las ilusiones de una sociedad que se impregna de un ansia de novedad; cree en un único modelo de verdad, del bien y de la belleza, en torno a lo utilitario y a lo nuevo; pretende establecer un procedimiento perfecto y objetivo de producción en todos los ámbitos con la aplicación lógica, precisa y mecánica de la técnica hasta invadir el ámbito de las relaciones económicas y sociales; concibe un modelo ideal de organización política sin el componente aristocrático ni monárquico, pero desconfiando perpetuamente de la democracia y de sus “excesos”; reafirma el sentido lineal y acumulativo de la Historia como evolución de la humanidad desde una infancia teocrática a una madurez racional y científica (Comte et al.); establece una jerarquía eurocéntrica y básicamente racista entre las culturas; define el comportamiento occidental como modelo de desarrollo y comportamiento humano ideal y así legitima la primacía de dicho modelo en la sumisión y dependencia de los otros, el mundo colonial y semicolonial.
El Uruguay de la barbarie al disciplinamiento
Un cambio de mentalidad
“La institucionalización de una relación social concreta, en la cual unos deciden lo que implica a los otros y/o a todos, constituye una relación de dominación”
Alfredo Errandonea (h).
Entre 1829 a 1873 se quintuplicó la población, producto del aporte de una creciente oleada inmigratoria y de un alto crecimiento vegetativo. Aquellos que vinieron por motivos económicos tenían la idea de que se aventuraban hacia la construcción de un proyecto de vida ascendente y eran por ello inconscientemente adaptables al proyecto del positivismo y del iluminismo para no volver a ser excluidos. La contradicción estriba en que ellos eran justamente los expulsados de ese modelo. En realidad la experiencia de este conglomerado radicaba en la autoridad y en el trabajo.”Asimismo (como lo sucedido en Brasil), debe destacarse el número creciente de inmigrantes, quienes trajeron nuevos conocimientos y costumbres y también las reivindicaciones seculares de los sectores rurales y urbanos. Italianos, portugueses y españoles ya habían conocido en sus países de origen los sindicatos y otras organizaciones de defensa del trabajador. Entonces comenzó a tener importancia el proletariado, por su número y, sobre todo porque estaba consciente de lo que debía reivindicar”. [2]
El “Antiguo Régimen” demográfico reinante estaba caracterizado por una familia compuesta por una mujer joven, el hombre mayor y muchos hijos; la fecundidad divinizada y la muerte aceptada por común y más visible. La mujer pasaba de la infancia a la maternidad y por lo tanto estaba garantizada su inclusión productiva en el contexto social y la adolescencia tal como hoy la conocemos no existía como tal.
A la inmigración se le suman los prisioneros paraguayos solicitados a Venancio Flores para el trabajo en saladeros y los esclavos que trajeron los estancieros brasileños a sus establecimientos al norte del Río Negro.
El fortalecimiento del Estado para los futuros cambios se apoyó en el uso de nuevas técnicas (fusil de repetición, artillería) teniendo la exclusividad del aparato coercitivo.
El período militarista de Lorenzo Latorre amparó la reforma vareliana. Si hacemos un análisis estructuralista althusseriano es coherente la cooptación de las ideas progresistas de la educación universalista con la necesidad de reducir el costo de los aparatos represivos del Estado con la construcción de aparatos simbólicos del Estado.
“El poder implica en ocasiones el empleo directo de la fuerza, pero va prácticamente siempre acompañado por el desarrollo de ideas (ideologías) que justifican las acciones de los poderosos”[3].
El enemigo del orden y progreso será el que montado a caballo con el pelo desgreñado sobrevive en libertad en las praderas sin cultivar ni alambrar. Dirá Varela en el artículo “Los gauchos”, aparecido en la “Revista literaria” de abril de 1865: “Los gauchos, cuya raza, si es que como tal podemos clasificarla, es una mezcla de la raza india y de la de los conquistadores, han tomado de la primera su haraganería, sus hábitos salvajes, su crasa ignorancia; y de la segunda, el orgullo infatuado, el servilismo bajo las apariencias de la independencia y el horror al trabajo, que ennoblece la criatura y fortifica en el hombre las sanas ideas. (...) parece, que así son como parias para la vida política, se quisiera que continuaran siendo siempre para la vida social. (...) Pero, si por medio de escuelas esparcidas profusamente en nuestra campaña, se diera alguna ilustración a nuestros gauchos, sus necesidades acrecerían y con ellas la necesidad de trabajar; y si por medio de premios otorgados a la laboriosidad y a la honradez, se dignificara el trabajo, las absurdas ideas que hoy abrigan desaparecerían de su mente, y con ellas, quizá su funesta ociosidad. (...) Es por medio de La Educación del Pueblo, que hemos de llegar a la paz, al progreso, y a la extinción de los gauchos”.
En el mismo año en que se promulga el Decreto Ley de Educación Común que establece la reforma vareliana (1877) se conviene un acuerdo con las empresas inglesas del ferrocarril por un período de cuarenta años, dejándolas exentas de impuestos de importación de materiales como rieles y locomotoras, a cambio del transporte gratuito de la correspondencia oficial y de los efectivos de Ejército Nacional, cuando el gobierno lo crea conveniente. En consecuencia la pretendida exterminación del gaucho se hace efectiva. Quedarán robustos agricultores o peones para todo oficio y los caballos aran los campos. Eliminando este tipo de economía y cultura, que no le sirven a sus propósitos, triunfa el modelo de producción capitalista con el fin del proceso de conquista del campo por la ciudad.
Esta ideología empieza a construir un proyecto de sociedad racionalmente educada, sistematizando el progreso moral y material otrora exclusivo de la iglesia (porque los que la llevaron adelante estaban impregnados, esos sí, del liberalismo positivista europeo). La educación Nacional para controlar el presente y disolver en la uniformidad a la disidencia. Como la esperanza de vida hasta la medicina producto de la industria química (aspirina: 1899; salvarsán: 1906; insulina: 1922) en todo el mundo occidental es en promedio de unos cincuenta años, estamos refiriéndonos a una población del Uruguay que en 1875 tiene una tercera parte de menores de quince años.
“Estas primeras formulaciones del paradigma pedagógico de la modernidad hacen ya evidente un aspecto fundamental: bajo el discurso de una pedagogía presuntamente liberadora y socializadora, que debe hacerse extensiva hacia sectores cada vez más amplios de la sociedad, subyace una praxis de normalización, control y en definitiva de burocracia. La organización de masas, el control del tiempo y el anatema de la ociosidad son las principales características de la institución escolar moderna, al menos en sus orígenes.”[4]
A través de la educación se prepara el terreno social, político y sus estructuras institucionales para un modelo de país que pretende extender la civilización a la manera europea. Renegaron de su origen colonial que entendían como oscurantismo.
Pero los innumerables lazos de dependencia con Europa jamás permitirán que triunfe este modelo de desarrollo. El imperio inglés nunca tuvo esos planes para el Uruguay. Sólo necesitaban un mercado consumidor de objetos y abastecedor de materia prima y alimentos: el nuevo esquema de la división mundial del trabajo. Aún así esta primera formulación pedagógica sienta las bases para que la escuela aleccione la disciplina del esfuerzo y el valor del trabajo.
Cita de la lección 87 del libro tercero de lectura (para niños de 8-9 años) “Un buen amigo” de José Henriques Figueira (1910):
La piedra sin pulir y la piedra pulida
- ¡ Qué hermosa piedra es ésta, y qué fea es aquélla, papá!
- Pues las dos son iguales.
- No puede ser: ésta es lisa, tiene lustre y fajas de diferentes colores, que parecen pintadas á mano; mientras que la otra es áspera y fea.
- Y sin embargo, hijo mío, las dos son piedras ágatas y fueron halladas en la orilla del Uruguay; pero ésta que desprecias es un ágata en bruto, sin pulimento, tal como se la encuentra en el campo; mientras que la otra ha sido pulida por el hombre.
Y ahora, hijo mío, piensa en lo que te digo: La persona que no se instruye ni trabaja, es como el ágata en bruto, poco vale. Sólo el estudio y el trabajo constante, pulimentan y dan valor al hombre.
La creación del registro del estado Civil en 1885 (segunda fase de secularización uruguaya), el auge del ganado lanar -reforzador de vínculos económicos de dependencia con Europa-, la consolidación del círculo “orista”, asociado al capital británico dueño de los servicios públicos y los títulos de deuda externa y los grandes estancieros todos beneficiarios del ya establecido ferrocarril coexistieron con la última oleada inmigratoria del siglo XIX por otra parte es la más numerosa (1880-1920). Estas clases que se denominan “conservadoras” logran el “Alambramiento de los Campos” con el Código Rural de 1875. El nuevo régimen de propiedad de la tierra genera la primera crisis ocupacional del país. Comienza la migración de uruguayos, básicamente a las provincias argentinas limítrofes y al Sur del Brasil para emplearse en tareas agrícolas con mejores salarios, o hacia Montevideo, donde en arrabales y conventillos se encuentra con el europeo inmigrante. El remanente humano malvive en los pueblos de ratas (como definió Orestes Araújo a los rancheríos miserables en los intersticios del latifundio, 1912) o debe subsistir del trabajo zafral, sobre todo agrícola. La capital recibe europeos para vitalizar una industria incipiente.
Construido el Estado, asegurada la paz interna, alambrada la estancia, afianzada la ganadería extensiva, el viejo modelo demográfico dejó de ser funcional. Comienza a gestarse un segundo modelo, donde la mujer conforma más tardíamente la familia, reduciendo así el tiempo de fertilidad, y haciendo que el número de hijos fuera el acorde para mantener el nivel poblacional.
Las familias que no emigraron trataron de aumentar sus ingresos, como obreros de fábricas y saladeros. La mujer, sobre todo la que el latifundio expulsó, ya que para nada la necesitaba, logró ocupación laboral por su habilidad manual, su docilidad y sobre todo porque en un mercado de trabajo saturado, los empresarios podían reducir su salario a la mitad.
Las cercanías del 900 nos muestran un país que ha tenido una caída de la mortalidad infantil y en la tasa de natalidad. Nacionalización de europeos por medio del matrimonio. Comienza una prosperidad relativa visualizándose la industrialización con la construcción del actual puerto de Montevideo, la aparición de los primeros automóviles y tranvías. En 1908 se registra un dato relevante: el 60% de la población está alfabetizada (sustitución de la cultura oral por la escrita). De 1903 a 1915 se triplica la población universitaria.
Montevideo inicia su modernidad antes que varias ciudades europeas. La ciudad ya dividida en barrios según sus actividades conoce sus primeros ascensores (crecimiento en altura, alarde, especulación inmobiliaria). El cine desplaza al teatro generando, junto con los periódicos y el fútbol una cultura de masas, El mundo vacacional de las quintas se sustituye por el de las playas Pocitos y Capurro hasta donde el tranvía había tendido sus redes (definición de trama urbana).
Existen tres tipos de familias en la génesis del modelo moderno:
· Región ganadera, con estructura latifundista, alta tasa de analfabetismo, concentración del pobrerío rural: peones y madres solteras, que no generaron un comportamiento sexual previsor.
· En la región agrícola de formas minifundistas, tasa de analfabetismo menor que la anterior pero alta comparada con Montevideo, familia legalmente constituida cuyos hijos son considerados herramientas para el cultivo. El control de la natalidad aparenta ser el derivado del retraso en la edad para contraer matrimonio
· En Montevideo, con economía semi industrial y empleos públicos, abundancia de inmigrantes europeos, con nivel alto de instrucción primaria y poca incidencia de la religiosidad, donde el control de la natalidad es más estricto justificado por el deseo de ascenso social.
La ley de divorcio de 1913 obligaba a la separación de bienes. El deseo de mantener la cohesión de la fortuna obligaba al mantenimiento de la sociedad conyugal. Se generó la idea del matrimonio como una nueva forma de dependencia. La soltería de la mujer era temida y esto justifica la carrera matrimonial o el ingreso a la vida religiosa, opción que exasperaría a los liberales del 900. La mujer era conservadora de las tradiciones en la sociedad, la religión se refugió en su falda. Prueba de ello es que la Iglesia congregó noventa y tres mil firmas (el diez por ciento de la población) para la abolición de la ley de divorcio y la mayoría de éstas eran de las mujeres.
Durkheim sostenía que“Una religión es un sistema solidario de creencias y de prácticas relativas a las cosas sagradas, es decir, separadas, interdictas, creencias y prácticas que unen en una misma comunidad moral, llamada Iglesia, a todos aquellos que se adhieren a ellas”.[5]
El modelo demográfico elegido impuso nuevas formas de conducta: la separación por sexos, el puritanismo y el culto a la virginidad. No es raro entonces el auge de la histeria conversiva femenina. Subsiste y se pone de moda en este tiempo la literatura erótica (reivindicación frente al puritanismo) pero al no vincular el amor y el sexo a la familia y a la procreación, también funcionó dentro del modelo.
El Estado benefactor del batllismo que caracterizó esta época intervino en la vida concreta de la sociedad mitigando las contradicciones del modelo de producción capitalista. La nueva conformación de la familia tiene un diálogo sincronizado con el Estado que entiende en ella la conservación y reproducción del orden constituido.
Los inmigrantes que vinieron con capital (franceses, ingleses y catalanes) descubrieron un lugar aceptable en el campo y uno próspero en la capital. La poca colocación de alimentos en el mercado mundial garantizaba su abundancia, por lo tanto su distribución y consumo interno. Un nivel de vida y un salario de los trabajadores superior en relación con las condiciones de vida y retribuciones recibidas en su lugar de origen, sumado a la imposición de los descubrimientos sanitarios posibilitan la población del país.
El alambramiento de los campos impuesto en el período militarista logra legalizar la tenencia de la tierra y consolidar el derecho de propiedad, a la vez que genera desempleo y migración interna. La escasa disponibilidad de tierras aumenta su valor y concentra la riqueza en manos de quien la posee.
La ideología batllista (georgismo) apuntaba a la extensión de los servicios y la industrialización como forma de generación de trabajo por parte del Estado y de neutralización de la lucha de clases. Los intentos de colonización y la agricultura ponían en peligro a los grandes estancieros y fracasaron. La legislación social fue vista por los empresarios (no sólo la ley de ocho horas, sino el respeto a las normas de salubridad) con temor, y en general hubo oposición a la misma. Por último, el intervencionismo estatal limitaba, aunque muy parcialmente, los intereses inversores extranjeros, que igualmente se manifestaron temerosos, como en lo que tuvo que ver con la creación del Banco de Seguros, en 1911.
La sociedad uruguaya en su conjunto solucionó la crisis con una buena dosis de maltusianismo y eugenesia. La sociedad se atrevía a controlar los nacimientos pero no a poner en tela de juicio la estructura económica y social. Esta es la base de una revolución demográfica y cultural que generó una mentalidad y una ideología influyendo en los planteos políticos, económicos y sociales que los contemporáneos realizaron.
La modernidad es la cosmovisión nacida de la sobre valorización de la técnica y de la racionalidad y el trabajo. Es la nueva fe laica impuesta por un Estado consolidado. La Historia es entendida como una línea recta y ascendente. La consecuencia de este modelo es la generación de sujetos individualistas por la destrucción de las antiguas comunidades de pertenencia. Materialistas y masificados por la adopción impuesta de conductas y modos de vida generalizados. Creyentes ya no en lo sacro sino en el progreso entendido como una interpretación científica del mundo y en la racionalización y el imperio de la razón instrumental como medio y fin, lo que corresponde al concepto de linealidad histórica. Es a través del mercado, la eficacia técnica y la universalización que se entiende a la modernidad como el único modelo planetario y por lo tanto la única alternativa posible. El 900 emerge de la confianza en la ciencia, la técnica y el progreso lo que se resume en las ideas de Comte (1798-1857).
El proceso de disciplinamiento
El panóptico
El principio era: en la periferia un edificio circular; en el centro una torre; ésta aparece atravesada por amplias ventanas que se abren sobre la cara interior del círculo. El edificio periférico está dividido en celdas, cada una de las cuales ocupa todo el espesor del edificio. Estas celdas tienen dos ventanas; una abierta hacia el interior que se corresponde con las ventanas de la torre; y otra hacia el exterior que deja pasar la luz de un lado a otro de la celda. Basta pues situar a un vigilante en la torre central y encerrar en cada celda un loco, un enfermo, un condenado, un obrero o un alumno.
Michel Foucault
Aspirar a un cambio en el modo de producción significó la puesta en marcha de un proceso de disciplinamiento de las pulsiones, para que los individuos se constituyeran en fuentes de producción y aceptaran como único el camino del progreso científico y técnico. El control, vigilancia y disciplinamiento son los tres perfiles del nuevo dispositivo moderno. Un cambio de mentalidad no se produce sin la adecuación del espacio y el tiempo que cobran nuevas dimensiones.
El diseño de los espacios es una muestra de la tecnología y la economía del poder. Vivir como vigilante y vigilado se internaliza en la Vida Cotidiana, se hace carne en las relaciones sociales que establece el individuo. Los procedimientos del poder no se agotan en esto, pero se materializan. Es la mirada omnisciente, el principio de visibilidad por efecto de la luz, la encargada de la seguridad ciudadana por efecto de los cuerpos individualizados.
Antes la arquitectura estaba abocada a materializar el poder terrenal o de Dios y la fuerza con los grandes recordatorios de la Historia escrita en los monumentos en los cruces importantes a los vencedores y la eliminación del rastro de los vencidos. Luego, a partir del siglo XVIII, si bien también representa el poder, se ocupa de la vivienda de la población, de la salud y con ello del urbanismo todo. Cada centímetro cuadrado tiene un fin económico y político. En la disposición funcional de los espacios se prescribe un tipo de moralidad porque expresa lo permitido y lo prohibido. Si se escribiera la historia de los espacios se escribiría también la historia de los poderes. La vivienda perfecta modificaría la conducta de los individuos. Una suerte de aparato de adoctrinamiento y control. En esta fase el control de la sexualidad la homosexualidad y la masturbación se hacen patentes tanto en escuelas como en cuarteles. Pero no serán los arquitectos los que designen las formas de esta maquinaria, serán los médicos los que las prescriban.
Especialistas en la higiene por temor al contagio, represores de la promiscuidad y castradores de los indigentes en nombre de la salud, son los nuevos confesores de los núcleos familiares, los curas laicos. Es el control de todos por el poder de unos pocos.
Será el aumento de la población por las oleadas migratorias y la baja de la mortalidad por la imposición de las nuevas técnicas médicas las que determinen la intromisión sobre todos como si fuera la de un solo individuo y por ello tan efectiva. El resultado es una sociedad sin oscuridad para el descanso, legible, transparente, en fin, visible. Cada uno puede ver al otro, no hay obstáculos en las miradas que recíprocamente se dominan, se juzgan, se vigilan y opinan como agentes del poder meticuloso y riguroso. Ya no se trata que la gente sea castigada, se trata de que ni siquiera puedan portarse mal por la vigilancia constante de todos sobre todos. Se genera un miedo a la oscuridad: en la sombra de la noche está la corrupción, el vicio y el complot. Se trata de promover el terror hacia ella para justificarse. Serán los rincones ocultos del hombre los que deben expirar. No debe querer ni poder. Es una estrategia que economiza el castigo y donde todos son agentes gratuitos con el precio de ser también vigilados hasta el punto que esta mirada se internalice y termine vigilándose a sí mismo. Diabólico en verdad es estar en una máquina de vigilancia donde vigilante y vigilado son igualmente prisioneros. El poder ya no se identifica con un individuo por la nobleza de cuna y de sangre, el poder se basa en la desconfianza, lo detentan todos como vigilantes y sobre ellos recae como vigilados. Esta técnica de poder es correlativa a las nuevas necesidades de la producción. Se trata de construir un nuevo hombre que construya nuevas cosas, entre ellas la destrucción o la disciplina como medio y fin de su trabajo. El trabajo como una nueva forma de domesticación.
“La ‘civilización’ fue la época de disciplinamiento de las pulsiones, de la vigilancia de la mujer, el niño, el adolescente y las clases populares, todo en nombre de la sacralización del trabajo, el pudor y la dignidad de la muerte. En el plano de los métodos de control social, la nueva sensibilidad se horrorizó ante el castigo del cuerpo pero admitió en su lugar la más eficaz domesticación del alma.”[6]
La vida pasa en instituciones cerradas en donde se es vigilado por diferentes agentes. El vigilado tendrá una visión parcial de los acontecimientos. Su atención estará totalmente abocada a la producción, habrá muros laterales que le impedirán ver a sus compañeros. De él se recabarán datos, se elevarán informes y por lo tanto será premiado o castigado. Es un objeto del cual se extraen datos pero no es un agente que deba comunicarse con el entorno. Es la garantía del orden para evitar el complot. Se teme a la multitud y entonces se separan los cuerpos y se individualizan.
Como principio, éste dispositivo de poder sabe ocultar las discontinuidades. El vigilado nunca sabrá si en ese momento es mirado o no, lo da por hecho, siente que es una tarea que sobre él se ejerce de manera continuada aunque así no sea. Reveló que es más efectivo y económico el control y la vigilancia que el castigo. Los individuos no dejan de producir y las construcciones ya no necesitan candados rejas y cerrojos. Serán más livianas, basta que la luz que atraviesa los vanos cubra la superficie y que las separaciones estén bien dispuestas en beneficio del conjunto.
Observar los síntomas, los hechos singulares, localizar las aptitudes y registrar los procesos de cada uno. Evitar el contagio, segregar, separar, aislar y para todo esto es necesario un diagnóstico fiable y continuo del conjunto.
El panóptico sirve de gran laboratorio de experimentación siempre que valga para encauzar el comportamiento hacia lo que sea considerado bueno y deseable. Juzga para evitar la epidemia o el motín.
El objetivo del disciplinamiento no es la preservación de la vida sino definir las relaciones de poder sobre los hombres. Es una figura de tecnología política en donde no hay obstáculo, resistencia o rozamiento y que sirve a los usos más variados. Es polivalente la distribución de los individuos y su implantación de los cuerpos en el espacio. En donde haya que imponer una tarea o conducta ahí se edificará y tenderá sus redes.
En cada una de éstas concentraciones cabe la posibilidad de perfeccionar el método. Porque multiplica el número sobre los que se ejerce, actúa antes que las faltas, los errores y los delitos y la multiplicidad de aparatos de la misma índole acrecienta los efectos. El esquema panóptico está destinado a difundirse y reproducirse en el cuerpo social.
La estructura edilicia determina que el rol de vigilante lo puede ejercer cualquiera pues se adivina en la conformación de los espacios. El exterior puede entrar en una ordenación panóptica puesto que quien así lo desee puede oficiar de inspector. Esta posibilidad de inmiscuirse en este mundo es la garantía del sistema en que no devenga en tiranía.
Observemos el arsenal, los instrumentos, y con ellos el fin de individualizar. Los medios son esencialmente: visualizar, registrar, diferenciar y comparar.
La sociedad disciplinaria es el resultado de la progresiva extensión de las redes de los dispositivos de disciplina y su multiplicación a través de todo el cuerpo social. En un principio se le exigió que neutralizaran los peligros, que reorganizaran la ciudad para evitar la haraganería u otros malos hábitos, que suprimieran la posibilidad de la organización de las masas o las reuniones numerosas. Cumplidas estas metas y mostrando con ello su efectividad se le pide en una segunda etapa que aumente la producción y con ello la utilidad de los individuos. Se incrementa y se prioriza la producción con relación al tiempo, obteniendo mayor rentabilidad con técnicas que fabrican individuos diestros, rápidos, precisos y por ende, útiles. La polivalencia está en que la producción puede estar referida a la manufactura, la transmisión del saber, la difusión de actitudes o la capacidad de la estrategia necesaria para ir a la guerra. En resumen, se persigue el adiestramiento minucioso y concreto para crear fuerzas útiles.
La multiplicación de los mecanismos de disciplina permitió abrir los muros y a circular fuera de éstos, creándose procedimientos flexibles de control fácilmente adaptables a una nueva función, la vigilancia externa. Se crean minúsculos observatorios, puntos de apoyo que penetran en los lugares más ínfimos de la existencia colectiva permitiendo un control regular de la población externa. Se reducen las dimensiones de los establecimientos para crear más focos de control mejor distribuidos en el enjambre social.
Los reglamentos permiten la proliferación y precisión de acciones complementarias y no contradictorias entre dichos establecimientos. Los reglamentos, los certificados y demás documentos cobran una importancia radical en la clasificación de los individuos. Esta instancia va de la mano de la preeminencia de la cultura escrita sobre la oral ya que permite mayor exactitud y rigurosidad en recabar información.
Bajo la forma de un aparato del Estado, la policía se reubica como máquina administrativa, unitaria y rigurosa. De esta fuerza parten informes y registros de conductas, actitudes, virtualidades y sospechas. Actúa y se extiende como una red intermedia disciplinando los espacios que no lo estaban cubriendo todos los intersticios. Las fuerzas del orden no son creación de ésta época aunque sí su forma y su organización. En la modalidad disciplinaria del poder no se reemplazó a todas las formas preexistentes de vigilancia, sino que se ha infiltrado entre ellas, priorizando y desestimando alguna pero ligándolas, prolongándolas, a fin de producir efectos de poder más sutiles y más lejanos.
En un espectáculo todos ven a unos pocos debatirse entre el dolor y la sangre. Esta es la reorganización opuesta, es un número pequeño el que tiene la visión instantánea de una gran multitud de manera muy certera.
La táctica de poder responde a la economía, la intensidad y el aumento de la docilidad y la utilidad. Estos objetivos de las disciplinas reconocen la coyuntura histórica del crecimiento demográfico y el desarrollo de una producción más compleja cada vez más costosa y cuya rentabilidad es necesaria hacer crecer.
Es necesario un ajuste que permita no la sumatoria, sino la multiplicación de la producción del saber, de la salud, de las aptitudes, de la fuerza destructora de los ejércitos, además de la producción de bienes materiales.
La multiplicidad organizada requiere que se calculen y regulen los movimientos en el espacio, se resuelvan las confusiones, se anulen las circulaciones inciertas y se estudie la distribución y separación de los cuerpos, de los gestos, de los ritmos, para extraer de los individuos el máximo de sus fuerzas con relación al tiempo.
Calificar, clasificar y castigar requiere de instancias que suponen medir y diagnosticar. Por ello el examen interrumpido permite esta diferenciación y la comparación de individuos. Se encuentra altamente ritualizado, con métodos específicos, con agentes especializados para someter a los objetos en estudio de manera regular, rigurosa, específica y más amplia. El examen es una ceremonia que lleva implícito el ejercicio del poder y la adquisición de un cierto tipo de saber acerca del otro. El examinador permanece oculto, casi invisible y es sobre el que se ejerce, el observado, es al que se le impone la visibilidad. De este último queda el legajo, el archivo, el expediente, dejando al sujeto en un formato textual que lo capta y lo individualiza y lo objetiviza como presa para un poder de control, dominación y sometimiento. Otra vez la escritura como cierta función política, la de la individuación.
“De hecho, el poder produce; produce realidad; produce ámbitos de sujetos y rituales de verdad: El individuo y el conocimiento que de él se puede obtener corresponden a esta producción.” [7]
Las discontinuidades de la modernidad
Como ya vimos, los modernos eran pujantes porque creían en una utopía: la felicidad en el futuro. Prometen un final feliz, un mundo de bienestar para todos basado en el desarrollo de la ciencia, la técnica y la industria.
Confiados en ello y sobre esas bases, instituyeron un credo racionalista que fue la cuña de ruptura con la nobleza de la sangre, la autoridad sagrada, las tradiciones y los particularismos. Creían que la ciencia avanzaba sólo hacia la verdad, el arte se expandiría como única forma de expresión de la vida y la ética encontraría la universalidad. Las normas constatadas racionalmente regirían por igual a todos los hombres. Sobre estas bases se cimientan grandes planes, para la construcción de un proyecto hegemónico que legitime, de unidad y fundamente las instituciones y las prácticas sociales, que respiran en la idea de progreso, conjugando el iluminismo y el positivismo junto con sus expresiones políticas principales, el liberalismo, y una vez instalado, una dosis importante de conservadurismo democrático.
Los ideólogos de esta revolución filosófica necesitarán, para acelerar este proceso, un sustento teórico y será entonces el invento de Augusto Comte- la creación de una nueva disciplina indispensable para llegar al conocimiento de la realidad social, esta herramienta. Con el vocablo latino societas y el otro griego logos crea la expresión sociología a la que hacemos referencia. Es en la concreción de una simple palabra que se empieza a sistematizar el conocimiento desvinculándolo de la Filosofía y abrazando el paradigma científico. Comte pretendía llamar a esta nueva disciplina Física Social.
La sociología científica toma el modelo mecanicista y al mismo tiempo determinista. Como su modelo es el de la ciencia experimental, intenta recortar del panorama global los objetos de estudio y aislarlos y con ello elimina las particularidades de los contextos.
“Pero, sobre todo, hay que destacar que la sociología científica conduce a una esquizofrenia profunda y permanente.” [8]
El cientificismo como poder-saber se constituyó en un orden absolutista porque se expresó en todos los ámbitos de la vida. Este saber capaz de leer el cuerpo social legisló a los hombres, condenó y juzgó todos los demás saberes como interferencias ilegítimas.
El Estado apoyó permanentemente a los representantes de la cultura científica ante la ignorancia popular, porque saber y poder tenían una función disciplinante clave en la construcción del nuevo hombre que el orden establecido requería.
Una de las razones por las que la modernidad y sus discontinuidades no fue comprendida se debe, según Anthony Giddens, a la influencia del evolucionismo social que caracterizó un extenso y muy productivo período de investigación en las Ciencias Sociales. Estas teorías no se basarán ya en una inspiración de carácter teológico pero representan grandes relatos. La Historia es narrada como una cadena causal, partiendo de lo obvio, de lo más simple a lo más complejo, de las sociedades de cazadores y recolectores a las que tienen una organización más compleja y moralmente superior, la occidental. Algunos, spencerianos y darwinistas sociales, se basaron en que las sociedades humanas luchan unas con otras en la supervivencia del más apto. Las sociedades modernas de occidente serían las que han alcanzado la cima y justifican así su supremacía racista. La Historia lineal que cuenta el evolucionismo quedó marcada a fuego en el imaginario social y su deconstrucción no es tarea sencilla. La Historia de los vencedores es mutiladora, desconoce el azar y la incertidumbre, niega la autonomía y la creatividad y por lo tanto aniquila al hombre, rechazado como un retal por el tratamiento científico.
“Hemos llegado a la siguiente paradoja: cuanto más obedece el sociólogo a una concepción mecanicista, mutilada y arbitraria, más aspira al monopolio del cientificismo, pretensión radicalmente anticientífica.”[9]
Los sociólogos aspiraron al distanciamiento de su investigación eliminando los prejuicios para que las ideas y pruebas se examinasen con imparcialidad. Será a partir del reconocimiento de la subjetividad, la explicitación de las motivaciones intrínsecas en la investigación, el debate público, el examen de pruebas y de la estructura lógica de los argumentos que esta cuestión de la implicancia entre lo observado y el observador puede analizarse de manera fructífera alcanzando la tan pretendida objetividad.
En cambio los positivistas negaron la subjetividad como una entelequia de dudosa existencia y determinación y en ese camino no pudieron llegar a ser ascéticos. Cuanto más intentaban ser objetivos más parciales resultaban sus argumentos constituyendo una sociología sentenciosa y fuertemente ideologizada, plausible de convertirse en instrumento de dominación.
Si aceptáramos como instrumento de análisis la sociología a la que hacemos referencia, no encontraríamos ni entenderíamos las discontinuidades que distinguen a las instituciones sociales modernas y sus particularidades.
La primera discontinuidad hace referencia a otro ritmo de cambio mucho más visible si se toma en cuenta la incorporación de la tecnología que inundó todas las ramas de producción y organización del espacio y el tiempo. El cambio, el movimiento y la dinámica que crea la modernidad no tiene precedentes en la Historia.
La segunda discontinuidad es el contexto de cambio que se modificó por la supresión de barreras de comunicación. Uruguay iniciará el proceso de modernización aún antes que varias ciudades europeas. Estábamos en la vanguardia del sueño de orden y progreso.
La tercer discontinuidad se presenta de manera intrínseca en las instituciones de la modernidad. El Estado y su sistema político, los nuevos lazos de dependencia económica con Europa a través de la venta del ganado lanar o el consumo de energía que no producimos y el trabajo asalariado y la incorporación de la mujer trabajadora como válvula de control del salario y su incorporación como ejército de reserva simplemente no se dan de ésta manera en períodos anteriores de nuestra Historia.
El urbanismo moderno, la imposición de la medicalización, la obsesión en la higiene, la inspección, invasión y segregación espacial de las lacras de la sociedad como la pobreza y la prostitución crearon mayores expectativas de vida. Los conceptos de muerte y enfermedad han sido alterados de manera radical junto con los aspectos más personales e íntimos de nuestra existencia cotidiana e influyeron en numerosos aspectos de nuestra creencia acerca de la biología y la naturaleza. Se abona de esta manera el campo para que emerja un nuevo poder, el poder médico. La sociedad es el gran panóptico y este saber rige las normas de convivencia. En el mismo año de la reforma escolar (1877) se inaugura el Hospital Vilardebó –réplica de la Salpetrière parisina- que separa al enfermo mental del reo y se construyen mecanismos de control específicos para esta población. La psiquiatría es el nuevo poder. Como lo explica Michel Foulcault es en esta época en donde emerge este nuevo campo de conocimiento a través de recabar información de los individuos de manera precisa y rigurosa. “Todas las ciencias, análisis o prácticas con raíz ‘psico-’, tiene su lugar en esta inversión histórica de los procedimientos de individuación” [10]
Es en este contexto en donde se instituyeron, a través de las prácticas sociales preponderantes de control y vigilancia, áreas de saber muy poderosas de diagnóstico, separación y categorización de la población. Se engendraron dispositivos, conceptos y técnicas que coadyuvaron a conformar formas totalmente nuevas de sujetos y sujetos de conocimiento... y la psiquiatría, la psicología y la pedagogía entre otras tantas disciplinas.
En la investigación efectuada para abordar este tema nos vimos tentadas más de una vez en efectuar juicios de valor. Nos preocupaba el obstinamiento de recabar del individuo información de tal manera que nada quedara fuera del marco de lo legible y controlable. De esa práctica emergieron saberes y disciplinas que sobreviven, coexisten y se despliegan en la actualidad. Por lo expuesto construimos la convicción de que el control no es ni bueno ni malo. Esa categorización sólo podrá realizarse en el análisis de los fines e intencionalidades de ese poder-saber y de quienes lo detentan.
A modo de cierre
La adopción del modelo de acumulación capitalista exigió, para su afianzamiento y estabilidad, la modalidad específica del poder disciplinario. El control, la vigilancia y el disciplinamiento de las fuerzas y de los cuerpos generaron nuevas subjetividades que acataron ese modelo a pesar de las crisis. Los múltiples dispositivos de control se encargaron de impedir la agrupación para la construcción de un proyecto de vida alternativo y ese fue su mayor logro. Por lo cual este paradigma persiste en el tiempo a pesar de las críticas al cientificismo y a la nobleza de los adelantos científico técnicos. A partir de esta consolidación, viviremos un siglo de máxima inseguridad e incertidumbre. El siglo veinte fue el siglo de las guerras, y de la destrucción de la fe ciega en el modelo. Llegando a la toma de conciencia de los individuos de las sucesivas formas de sometimiento a los que se vieron expuestos.
“El sometimiento a la ‘observación’ prolonga naturalmente una justicia invadida por los métodos disciplinarios y los métodos de examen.”
Pero de esa obstinación emergieron nuevos campos de saber que extienden sus redes de manera silenciosa y por lo tanto son (aún) más eficaces. Sigue vigente en el consultorio del médico, del psiquiatra, en el aula del maestro o la del profesor. Pero el expediente o la carpeta de un niño recluido en el INAU dice quién es, y puede ser fuente de un poder omnipotente por parte de los que trabajan con él. También lo es la libreta del docente y más cotidianamente la tarjeta de descuento en el supermercado que registra nuestro gasto mensual y legitima una estrategia de marketing sobre nuestra cultura de consumo.
Convivimos con filmadoras, seguimos siendo controlados por una mirada que se esconde tras el aparador y no es que nos estemos volviendo paranoicos. Es que la vida es un reality show donde la forma del panóptico sigue siendo la más rentable para controlar las conductas y generar nuevas subjetividades.
En cuanto a los fines y las intencionalidades estudiamos una época de cambio en el modo de producción. Ahora ¿cuáles son los fines que persigue?
Las instituciones creadas en la modernidad están en crisis: la escuela, la familia, el Estado no pueden cumplir los objetivos por los que fueron creados pero se sostienen porque a pesar de la crisis no se ha construido un proyecto alternativo.
¿No será esto la prueba del éxito de los métodos empleados?
Bibliografía
BARRÁN, José Pedro. Historia de la sensibilidad en el Uruguay. Tomo 2 El disciplinamiento (1860-1920). Ediciones de la Banda Oriental. 1990. Montevideo. Uruguay.
GIDDENS, Anthony. Consecuencias de la modernidad. Alianza. 1993. Madrid
GIDDENS, Anthony. Ficha nº1: Selección de textos de Anthony Giddens (I).Curso de Sociología, profesor Álvaro Portillo; Universidad de La República. Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Publicaciones Universitarias 1999. Montevideo.
FOUCAULT, Michel y otros. El panóptico. El ojo del Poder. Las ediciones de La Piqueta. 1979. Madrid
FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar. México D.F., Siglo XXI, 1998.
MORIN, Edgar. Introducción al pensamiento complejo. Introducción al pensamiento complejo. Gedisa, Barcelona, 1995. Trad. Marcelo Pakman.
MORIN, Edgar. Sociología. Tecnos. Madrid, 1995.
PÉREZ GÓMEZ, Ángel. La cultura escolar en la sociedad posmoderna. Cuadernos de Pedagogía. Madrid, 1994.
GIDDENS, Anthony. Ficha nº1: Selección de textos de Anthony Giddens (I).Curso de Sociología, profesor Álvaro Portillo; Universidad de La República. Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Publicaciones Universitarias 1999; Pág. 87
[1] OBIOLS, Guillermo y otra. Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria, Kapelusz, Febrero de 1999. Buenos Aires.
[2] Iglesias, Francisco. Breve Historia contemporánea de Brasil, FCE, México 1994.
[3] GIDDENS, Anthony. Ficha nº1: Selección de textos de Anthony Giddens (I).Curso de Sociología, profesor Álvaro Portillo; Universidad de La República. Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Publicaciones Universitarias 1999; Pág. 87
[4] ALSINA CALVÉS, José. La educación y la crisis de la modernidad. Revista Hespérides, nº 20. Barcelona.
[5] Apuntes De Sociología, curso 2º B de publicidad y relaciones públicas, año 2002/2003
[6] BARRAN, José Pedro. Historia de la sensibilidad en el Uruguay. Tomo 2 El disciplinamiento (1860-1920). Ediciones de la Banda Oriental. 1990. Montevideo. Uruguay.
[7] FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar. Capítulo II. Los medios del buen encauzamiento
[8] MORIN, Edgar. Sociología. Tecnos
[9] MORIN, Edgar. Sociología. Tecnos
[10] FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar. Capítulo II. Los medios del buen encauzamiento.
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