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sábado, 3 de julio de 2010

La aurora de un adulto en el crepúsculo de un niño.
Dolto
El adolescente y su educación en la sociedad posmoderna
El objetivo de este documento es plantear reflexiones válidas para el rol del docente en su interacción con los adolescentes actuales.
El sentido común relaciona al término adolescencia con adolecer o padecer. Fase de crisis, de ausencia y de desarrollo. Pero en la posmodernidad, el adolescente pasó a ser un modelo e imagen valorada y anhelada por muchos sectores de la sociedad y la adolescencia se encuentra como una etapa en la que todos quieren mantenerse. Por lo tanto debemos plantearnos cuan adolescente es el adolescente actual. Así mismo parecieran seguir siendo válidas algunas premisas que acompañan la caracterización del sujeto adolescente, como por ejemplo el hecho de estar desestructurado y restructurando su mundo interno y sus relaciones con el mundo externo. Podemos igual caracterizar a la adolescencia: Fuertes pasiones. Deseos corporales, en especial por manifestar su sexualidad. Ausencia de autocontrol. Mal humor y falta de disposición para el hacer intencionado. Ideas exaltadas. Manifestaciones de violencia ante desacuerdos. Preferencia de acciones nobles antes que acciones útiles. Culto a la diversión y al ingenio gracioso. Marcada competitividad en temas que lo afecten.
Los duelos que sufre el adolescente producen sentimientos de negación, resignación y desafecto.( ver a Aberasturi) .
El mundo actual sobre el adolescente le inhibe la acción y lo invita a la evasión. Los mismos problemas pero atenuados por un estilo de vida soft y emociones ligth. Siguen organizándose grupos de pares de orden perturbador para lograr la caracterización del grupo (ver tribus urbanas).
Se requiere estimulación en participación, criticidad, creatividad, solidaridad y cooperación . Problematizar su Vida Cotidiana para que enfrente los conflictos y emerja como sujeto con autonomía relativa.
Dentro de un marco social que promueve el individualismo y estimula la competencia, es urgente y necesario el trabajo grupal, que integra a cada individuo como sujeto que participa activamente y se manifiesta en la diversidad .
El objetivo de la construcción grupal es que puedan reconocer sus necesidades como sujetos y como grupo, tratando de resolver la contradicción primaria sujeto-grupo en la búsqueda de un nosotros. La vivencia del nosotros se transforma en sentimiento de pertenencia y esta pertenencia permite lograr un lugar donde ser y hacer y de esa manera transformar el entorno y a ellos mismos.
Sin duda la sociedad postmoderna incide con sus prejuicios y sus valoraciones sobre el adolescente y su educación. Los medios masivos de comunicación compiten para captar la importante audiencia que significa el público adolescente en una estrategia dirigida y sin ética de control de decisiones sobre la distribución de gastos de cada familia, hasta la simple idea de aprovechar lo que es claramente un negocio. Lo adolescente se asocia cada vez más a la cultura de consumo.
La publicidad intenta representar el arquetipo de la juventud: ingenuidad e impertinencia y traducir a imágenes, símbolos, referencias que lo vinculan con un producto, marca, signo y símbolo. Se hace uso a impulsores, palabras que vayan modelando la idea del consumo y creando una necesidad hasta asumirlas como tal y persiguiendo el fin último de apoderarse de manera "negociadora y entretenida" de la voluntad de los individuos.
Factores que alteran el proceso de comunicación en los espacios de lo cotidiano y de un mal entendimiento de las problemáticas que lo afectan.. Es preciso que el docente guarde coherencia en los modelos que aplica en todas las oportunidades que se interrelaciona con los adolescentes mostrando transparencia en su criterio del modelo comunicacional y compromiso del docente hacia el grupo de jóvenes, permitiendo y aceptando disensos, disputas, tensiones y luchas que son fenómenos que surgen en el querer ser diferente y único.[1]

Nuestra sociedad adolescentiza

...pero nuestra hipótesis es que se genera un fenómeno particular con los adolescentes en la medida en que la posmodernidad propone a la adolescencia como modelo social, y a partir de esto se ‘adolescentiza’ a la sociedad misma.

Guillermo Obiols [2]

...cabe sospechar que en las postrimerías de la modernidad la adolescencia ha dejado o está dejando de ser una etapa del ciclo vital para convertirse en un modo de ser que amenaza por envolver a la totalidad del cuerpo social.
José Luis Pinillos [3]


La adolescentización de la sociedad en respuesta a los códigos e ideales impuestos por la internalización de los comerciales lleva consigo el desdibujamiento de las diferentes generaciones y la eterna juventud es el modelo a imitar pero a nuestros adolescentes les es negada la posibilidad de incidir en la sociedad del presente y proyectarse en el futuro. La incertidumbre de un futuro se superpone a la angustia de no ser y no poder ser. Los educadores nos encontramos con un argumento cada vez más presente: para que estudiar si no van a tener un trabajo
“Es decir, no reconocidos como sujetos de deseo, anulados como sujetos diferenciados, impotentes, sumidos en una pérdida de identidad y singularidad que señala el lugar de la angustia.”[4]
Sumémosle a la falta de oportunidades situaciones de verdadero desamparo, sobre todo de los sectores más vulnerables donde la exclusión es más encarnizada con las jóvenes donde asumen el no ser en la autoexclusión.
Antes de adentrarnos a la crisis adolescente tenemos obligatoriamente que referirnos a la crisis de los adultos. Somos nosotros los primeros que no estamos pudiendo asumir un rol protagónico en la sociedad y ello dificulta notoriamente la puesta de límites y la función de nutrientes, sostén y contención en la que tendríamos que estar abocados como padres. Impedimos así que los adolescentes puedan confrontarnos y establecer un proceso claro de diferenciación y discriminación. Además somos excelentes candidatos a consumidores de sustancias evasoras y adictivas de la más variada índole. Nuestra cultura está incentivando fijaciones en las fases de las conductas oral y anal del desarrollo, conductas adictivas que remiten a las primeras fases de dependencia. El uso problemático de sustancias psicoactivas no es patrimonio exclusivo del mundo juvenil, a ellos los estigmatizamos, los colocamos en la mira como generadores de la pérdida de valores y la violencia asociada al consumo y no al revés, como sobrevivientes de un mundo con pérdida de valores, violento, consumista y plagado de incertidumbre.
Sin intermediación de lo simbólico, lo que resta es el pasaje al acto. Esta violencia se deposita y devuelve al afuera, o bien se corporiza, poniendo en riesgo la propia vida(…) la sociedad contemporánea actúa sobre su cuerpo (el cuerpo social) los graves conflictos que la aquejan, desplegando sobre sí la muerte. Los jóvenes suicidas (en todo su espectro), emergentes de esta situación, portadores de los elementos tanáticos de la sociedad, los denuncian.”[5]
Esto no significa que un análisis serio lleve inexorablemente a una visión apocalíptica de la realidad. Crisis es una palabra que proviene del griego krisis, de krinein, juzgar y que significa como sabemos ruptura, conflicto, dificultad, tensión, pero también en ella está el germen de la transformación y la oportunidad del cambio y la consabida reestructuración.

[1] BIBLIOGRAFÍA
Ander- Egg, Ezequiel, las técnicas de comunicación al servicio deel trabajador social. Pag. 15-24.
Casullo,M.M. (1991) Psicología para docentes. Bs. As. Ed. Guadalupe. Cap. 1 : La clase como encuentro social.
Gonzalez y Urquijos, (1997) Documento base N°2 UNMP. El vínculo en educación. Estilos de comunicación y construcción de vínculos en los adolescentes. El fenómeno grupal.
Kaplun, Mario. Modelos de Educación y Modelos de Comunicación. El Comunicador Popular. Cambio Rural, SAGYP e INTA.
Obiols, G. "Adolescencia, Posmodernidad y Escuela Secundaria"
Rodríguez, Mary. (2000) Modulo 2 de Perspectiva Pedagógica-Didáctica, Post-título de Formación Docente Para Técnicos y Profesionales. Instituto Superior de Formación Docente N°16, Saladillo.
[2]OBIOLS, Guillermo A. y otra. Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria. La crisis de la enseñanza media. Kapelusz. Febrero de 1999. Buenos Aires.
[3] En Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria. La crisis de la enseñanza media. De Guillermo Obiols.
[4]PERDOMO, Rita. Siglo XXI-Trauma social, violencia y adolescencia. Facultad de Psicología, UDELAR
[5] CAO, M. Planeta adolescente. Buenos Aires. Edición del autor. 1997 en: PERDOMO, Rita. Siglo XXI-Trauma social, violencia y adolescencia. Facultad de Psicología, UDELAR